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La dirección del BNG culpa a Beiras de dificultar los objetivos del nacionalismo

La campaña electoral y el trabajo de Quintana "amortiguaron" la crisis, según el informe

El informe de gestión del Consello Nacional del BNG que su portavoz nacional, Anxo Quintana, defenderá en la XII Asamblea que los nacionalistas celebrarán este fin de semana en Santiago atribuye a su antecesor el cargo, Xosé Manuel Beiras, la responsabilidad de "un contexto interno excesivamente marcado por episodios negativos que dificultaron conseguir los objetivos que el BNG se había marcado" en 2003. Sólo la última campaña electoral y el trabajo de Quintana permitieron "amortiguar" la crisis, según el documento.

Los redactores del informe sostienen que la creación de la figura del presidente del Consello Nacional, cargo que la última asamblea diseñó a la medida de Beiras para facilitar una transición pacífica al frente del Bloque, dio pie a la emisión "de un discurso dual, la mayoría de las veces contradictorio, por parte de los principales referentes del BNG". El resultado fue que la última asamblea, celebrada hace tres años, no logró "saldar las diferencias internas".

El documento, que sintetiza la opinión que merece a la dirección nacionalista el trabajo que el Bloque ha llevado a cabo desde la última asamblea, ha conseguido el aval del 69,3% de los militantes que participaron en las asambleas comarcales de las últimas semanas. Sólo dos de las 24 que componen la organización nacionalista se han pronunciado mayoritariamente en contra, según fuentes oficiales.

Los principales escollos a los que el BNG ha tenido que hacer frente desde 2003 también son objeto de análisis. En busca de una explicación para los sucesivos fracasos electorales -generales, europeas y autonómicas-, el informe atribuye un origen externo a la pérdida de votos. La dirección del Bloque, por ejemplo, cree que sus candidaturas de las generales resultaron perjudicadas por la bipolarización política que siguió a los atentados del 11-M. Y afirma que en las europeas se vieron desplazados por la percepción social de que se trataba de una segunda vuelta de las elecciones al Congreso de los Diputados.

El informe admite algunos problemas de fondo, como "la debilidad de la identidad nacional gallega" o "el escaso asentamiento social del nacionalismo", pero la autocrítica, especialmente en relación con la campaña de las europeas, se limita a señalar cierta "tendencia a querer hablar de demasiadas cosas", así como la pervivencia de ambigüedades y contradicciones en la visión nacionalista de la Unión Europea.

El BNG, señala el documento, "no consiguió modificar la tendencia negativa iniciada en las autonómicas de 2001", pero las causas, "aparte de los factores externos", hay que buscarlas en "la proyección de una imagen de conflictividad interna ante la sociedad" que "dificultó la corrección de esa tendencia".

Situación delicada

El examen de las "tensiones internas" que siguieron a este doble fracaso en las urnas, prosigue el texto de la dirección nacionalista, afirma que llegaron a poner el BNG en una situación "especialmente delicada" en el verano de 2004. En aquellos días, la difusión pública, a través de los medios de comunicación, de "las divisones y desconfianzas" entre algunas de las facciones que conviven en el Bloque llevaron a la organización a perder credibilidad.

Fue precisamente entonces cuando la Ejecutiva nacionalista "ratificó su confianza en Quintana" y, según el informe, consiguió abrir un período durante el cual el BNG recuperó la iniciativa política.

No obstante, el conflicto desatado en abril del año pasado en torno a la presencia de Beiras en las candidaturas autonómicas, que se zanjó con la dimisión del ex portavoz nacional como presidente del Consello Nacional y su renuncia a participar en los comicios, "truncó en buena medida el objetivo de aparecer ante la sociedad [en las autonómicas de 2005] como una auténtica alternativa de Gobierno". Únicamente una campaña electoral "novedosa, participativa e ilusionante" y "el trabajo" de Quintana, proclama el documento, permitiron "amortiguar los efectos de la crisis".

El informe zanja el retroceso de 2005 afirmando que, en cualquier caso, el BNG "consolidó gran parte del voto conseguido en 2001", aunque no tuviera la traducción deseada en el número de escaños. Y cita las encuestas para señalar que el BNG logró esperimentar un "avance" que, a la postre, resultó "determinante para romper la mayoría absoluta del PP".

La autodeterminación cambia de sentido

El documento de tesis y las enmiendas presentadas por los sectores críticos a una buena parte de sus contenidos sitúan el debate interno del Bloque en torno a algunas de sus principales señas de identidad. El texto aborda sucesivamente el estatuto de nación, el nacionalismo en el Gobierno de la Xunta, el reto de las municipales y los cambios en el modelo organizativo del BNG.

El primer capítulo defiende la inclusión en el nuevo Estatuto de la definición de Galicia como nación, así como el deber de conocer el gallego, dos de los asuntos que más dificultan la reforma. No obstante, admite la posibilidad de situar esa definición como "un paso, y no el último, en el camino de la libertad nacional" de Galicia. Y aunque reconoce los problemas que plantea conseguir que se materialicen con "plenitud" sus reivindicaciones nacionales afirma que "el resultado va a ser siempre positivo".

Una de las tesis más llamativas del documento es la que se refiere al derecho a la autodeterminación, que debe realizarse, asegura el documento, "en el sentido de establecer una sociedad más igualitaria y justa y de lograr un desarrollo económico autocentrado y sustentable". Muchas de las enmiendas presentadas por los críticos tratan de subrayar aspectos relacionados con la defensa de la soberanía de Galicia y persiguen incluir algunas críticas al trabajo desarrollado en los últimos años.

Presumiblemente el debate va a ser también intenso en el capítulo que aborda las relaciones entre el Bloque y el Gobierno y el modelo de organización del BNG. El texto oficial trata de impulsar cierto grado de autonomía para el portavoz nacional y actual vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, a la hora de decidir los nombres de los militantes que deben hacerse cargo de las consellerías que corresponden al Bloque. Las enmiendas, por el contrario, intentan situar esa responsabilidad en la Ejecutiva.

Del mismo modo, el documento propone la supresión de la figura del presidente del Consello Nacional, creado en su día a la medida de Xosé Manuel Beiras, así como la desaparición, por razones prácticas, del tradicional modelo asambleario y su sustitución por el de compromisarios a partir de la siguiente asamblea, prevista para dentro de tres años.

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