Novedades en la fauna ibérica
Los científicos descubren cada año más de 150 especies animales en España
Mario García París vio en una vieja colección de insectos un escarabajo que no le sonaba de nada. Le extrañó, porque este zoólogo lleva más de 20 años catalogando insectos y anfibios de España y Marruecos. "Era 2004 y decidimos averiguar si esta especie estaba en España y era desconocida o si alguien la había traído del extranjero para la colección", rememora en su despacho del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En la pared hay fotos de insectos de colores y sapos repulsivos.
García Paris se fue a la sierra de la Sagra (Toledo) y descubrió un ejemplar idéntico a aquels clavado con un alfiler y cubierto de polvo de la colección, una especie nunca antes catalogada. "No me lo podía creer. El primer día de búsqueda ya encontré el escarabajo. No era una especie que hubiera que buscar al microscopio, sino que estaba allí y se podía ver a simple vista".
"Hace años se veían insectos por el campo. Ahora está fumigado y no se oye ni se ve nada"
Hay animales que están desapareciendo antes incluso de ser descubiertos
El escarabajo, un bicho vistoso, rojo y negro de unos tres centímetros de largo, fue bautizado como Mylabris deferreri y es una de las 150 especies que los científicos descubren cada año en España. La mayoría son animales microscópicos y marinos -no quedan edenes como en Papúa Nueva Guinea ni grandes santuarios inexplorados como en el Índico o en el Caribe- pero aún faltan miles de especies por descubrir.
"En una fuente de Guadalajara encontramos hace unos meses estos molusquitos de apenas tres milímetros", explica en otro despacho del museo María Ángeles Ramos, coordinadora del proyecto Fauna Ibérica para catalogar la biodiversidad de España. Ramos extiende las fotos de los moluscos. Son blancos y mínimos. "Viven en fuentes de agua clara. Pero cada vez hay menos fuentes porque los dueños tienden a canalizar el agua. Y por eso cada vez hay menos moluscos. Los estamos empezando a catalogar justo cuando están desapareciendo", sentencia Ramos.
Ése es el gran lamento de los científicos que, como Ramos o García París, trabajan en el proyecto fauna ibérica. "Hay unas 60.000 especies de animales en España. De ellos, unos 40.000 son insectos. Y somos incapaces de saber cuántos hay catalogados", añade Ramos.
Una especie es un grupo de animales genéticamente compatibles, que se pueden mezclar. Hay gusanos que se parecen y sin embargo son de distinta especies, y ranas que se parecen como un huevo a una castaña pero que sí pueden cruzarse.
Es imposible saber cuántas especies faltan por catalogar. Se sabe que un país tiene la mayor parte de su riqueza biológica descrita cuando el ritmo de descubrimiento se ralentiza. Es decir, cuando durante varios años aparecen pocas especies nuevas, los científicos suponen que es que ya no hay muchas más especies por descubrir. Algo que no parece que vaya a ocurrir en España a corto plazo.
"Descubrimos unas 150 especies nuevas al año desde finales de la década de los 70. Y el ritmo no decrece", explica Ramos. Desde 1978 se han descubierto 3.627 nuevas especies en la Península y 1.417 en Canarias a un ritmo casi de constante de 150 especies al año, según los datos recopilados por Ramo. Ésta da una prueba de la pobreza de los inventarios. "En los mapas de distribución de especies vemos que hay grandes manchas alrededor de Madrid, Barcelona y las Hurdes, en Extremadura. La comarca de Las Hurdes aparece porque varias personas del museo veraneaban allí e iban catalogando especies. Nos llaman comunidades autónomas preguntando que cuántas especies tienen en su territorio y no podemos contestarles".
Los científicos critican la falta de personal, de medios, de presupuesto y de ayudas públicas. Ramos está especializada en moluscos, un campo de estudio relativamente virgen. Como los moluscos no viajan -salvo que un ave transporte el limo en el que se encuentran- están muy especializados. Casi en cada río, valle o masa de agua hay especies de moluscos distintas. En total, miles de familias por descubrir.
También hay grandes lagunas en insectos y anfibios pese a que hay legiones de aficionados que recorren el campo y a que son visibles a simple vista, como explica García París: "Hace un año descubrimos un nuevo sapo partero que sólo vive en las fuentes de los pueblos. Lo bautizamos Alytes obstetricans pertynas. Lo de pertinaz es porque mientras se extinguen todos los anfibios, él resiste al hombre en los núcleos habitados".
España, por su situación y su variedad de clima, es un país especialmente rico en biodiversidad. Ahora mismo lo es en pérdida de especies. García París explica el cambio: "En el campo no se oye nada. Hace diez años paseabas y veías y oías muchísimos insectos. Ahora está todo fumigado y no se oye nada. Cuando repaso mis cuadernos de campo de hace 15 años y veo que describía enjambres de bichos pienso que estaba exagerando, pero la verdad es que sólo describía lo que veía. Cuando vamos a Marruecos vemos animales por todas partes, como estaban aquí hace años. Si se quema un Goya es una tragedia nacional porque no se puede rehacer. Si desaparece una especie tampoco, pero a nadie parece importarle".
La sexta extinción en el planeta
Es una paradoja: los científicos descubren cada vez nuevas especies pero eso no significa que haya más. Sino todo lo contrario. Las especies desaparecen actualmente a un ritmo desconocido desde la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años. Cada años desaparecen 17.000 nuevas especies.
Por cada sapo pertinaz descubierto en España, por cada nuevo edén descubierto, hay centenares de extinciones desconocidas, de especies que nunca serán catalogadas.
Los datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza son alarmantes: más de 76.000 especies conocidas (el 4% del total) están amenazadas, aunque ello no significa que estén en situación crítica. De ellas, casi 16.000 son animales y hasta 60.000, plantas. Sólo entre 2000 y 2002 la lista de especies animales amenazadas pasó de las 10.000 a casi las 16.000.
La extinción masiva produce la pérdida de la variabilidad genética de plantas y animales. El director adjunto de la lista roja de especies amenazadas, Jean-Christophe Vié, explicó hace unos meses a este diario: "Estamos viviendo una extinción de las especies 1.000 veces superior a la que ocurriría de forma natural. El mundo no ha vivido algo así desde la extinción de los dinosaurios y el responsable es el hombre". El oso polar y el hipopótamo han entrado ya en la lista de especies amenazadas.
Desde que los animales aparecieron en la Tierra hace unos 550 millones de años, su evolución se ha visto perturbada por cinco grandes extinciones. Ante sus ojos, la sexta extinción en el planeta.
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