Un constructor y su familia se desnudan para pedir una licencia de obras
Polémica y enfrentamientos en Sant Boi por la construcción de cuatro casas
Miembros de una familia propietaria de una pequeña constructora de Sant Boi (Baix Llobregat) se desnudaron ayer frente al Ayuntamiento del municipio para protestar por no haber obtenido la licencia de obras de cuatro casas unifamiliares que están acabando de edificar en la población. "Así nos han dejado", afirmó el hijo del constructor, Dani Cano. La empresa, que se encuentra al borde de la quiebra, asegura que tiene toda la documentación en regla, mientras que el gobierno local sostiene que en las dos parcelas en las que está construyendo caben sólo tres casas, y no cuatro.
El pasado lunes, el constructor Manuel Cano y una veintena de personas, entre familiares y amigos y trabajadores de su empresa, quemaron neumáticos, tiraron bolas de pintura a la fachada del edificio consistorial e invadieron sus instalaciones durante la celebración del pleno, en cuya sala esparcieron estiércol y realizaron pintadas ante la estupefacción de todos los presentes. Debido a esta actuación, el constructor fue detenido por la policía y tras declarar en los juzgados de Sant Boi salió en libertad con cargos. El Ayuntamiento explicó ayer que presentará el próximo lunes una querella con el fin de reclamar por los daños causados en el edificio.
Ayer por la mañaña, Manuel Cano, dos hijos suyos y un sobrino acudieron a la plaza del Ayuntamiento a las diez y, sin nada que les cubriera, se mantuvieron desnudos de rodillas delante del edificio consistorial durante 10 minutos, con los brazos alzados y uniendo sus manos.
La mujer del constructor, que figura como promotora de la polémica operación urbanística, siguió de cerca la protesta, así como algunos vecinos que apoyan a la familia del constructor. Una decena de agentes de la Policía Local se encargaron de vigilar a los concentrados e impedir que ninguno de ellos entrara en el Ayuntamiento.
Disculpas del constructor
Manuel Cano también se desnudó, pero permaneció en pie para leer un escueto manifiesto. Antes de nada, pidió disculpas por los incidentes que protagonizaron el lunes. Cano explicó que esta vez protestaban "pacíficamente" con el fin de "suplicar a los políticos que revisen los documentos". El constructor afirmó: "no hay ningún argumento legal por el cual haya pasado un año sin que se tramite la licencia municipal" de las cuatro casas que construye. El empresario mostró dos estudios sellados por el Colegio de Arquitectos de Cataluña y el Colegio de Aparejadores en los que se asegura que sus dos parcelas miden 1.214 metros, lo suficiente para poder levantar las cuatro casas. Sin embargo, el Ayuntamiento continuó sosteniendo ayer que la obra es ilegal porque no cumple con la normativa que marca el planeamiento. "Esto es una desmedida y un despropósito", dijo ayer la alcaldesa, la socialista Montserrat Gibert, acerca de los métodos de protesta de la familia Cano.
Por su parte, Manuel Cano se mostró convencido de que la alcaldesa no apoya sus demandas porque "no ha visto los documentos oficiales".
Hasta ahora, la empresa había mantenido una estrecha y buena relación con el Ayuntamiento. Precisamente el 80% de su actividad se basaba en encargos de obras municipales.
Según el constructor, el problema con el Ayuntamiento radica en el comportamiento de uno de los técnicos municipales que, entre otras cosas, no ha querido realizar un informe favorable al proyecto constructivo de las citadas cuatro casas porque una de ellas la ha comprado su ex mujer. esta acusación ha sido rotundamente negado desde el consistorio.
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