La fortaleza del antiguo recién llegado de la derecha
Hace cuatro años, Jan Peter Balkenende, un recién llegado a la política holandesa, se convertía en primer ministro con 46. Con tres Gabinetes fallidos a sus espaldas, anoche trataba de alzarse por cuarta vez con el título de jefe del Ejecutivo sin que ahora las alianzas, indispensables para formar coalición, estuvieran claras.
Lejos del apodo de Harry Potter que hiciera sonreír en su debú, el Balkenende actual se muestra "encantado" de regir el país. Reconoce que ha habido que hacer incómodos ahorros, pero "han surtido efecto y hemos recuperado la economía y la confianza de la gente, y es lógico que queramos continuar nuestra labor".
Luchador nato al que le gustan los coches de carreras, y antiguo catedrático de Pensamiento Social Cristiano, en esta campaña ha dejado a un lado su timidez para lanzarse contra su principal rival, el socialdemócrata Wouter Bos. "No me llame insolidario, porque los ancianos son hoy menos pobres que hace cinco años", le dijo cuando éste le recordó que la brecha entre pobres y ricos se había agrandado durante su mandato.
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