Un jefe implicado en crímenes con amplio respaldo
A Zakhar Kalashov se le imputan varios asesinatos: un vicejefe de la Administración moscovita, un diputado de Georgia y un estadounidense, y se le relaciona con el secuestro de otro ciudadano de EE UU. En España, se le investiga por la muerte de un ruso en Girona. El ex espía ruso recientemente envenenado, Alexander Litvinenko, le investigó con ahínco y halló trabas y problemas.
El dinero blanqueado por esta trama tras su aterrizaje en España dista de estar contabilizado. Sin duda, decenas de millones de euros, algunos invertidos en fincas en la Costa del Sol. Pero, por encima del flujo económico, los artífices de esta redada se han mostrado más interesados en aniquilar una red de poder criminal que goza de alto respaldo en Rusia, donde alguno de sus capos -inicialmente ciudadanos georgianos- han huido y se han blindado con pasaporte ruso tras desencadenarse la Operación Avispa en 2005.
Los investigadores esperan que cometan el error de Kalashov, quien acudió a una fiesta en Dubai en homenaje a un mafioso que operaba en EE UU: abandonó el territorio ruso y se puso a tiro de una orden de detención internacional.
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