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El plan de recolocaciones de Reckitt se queda sin seis de los siete proyectos

Las negociaciones sobre el cierre de la planta de la multinacional en Güeñes siguen paradas

La salida al conflicto que vive la plantilla de la fábrica de la multinacional Reckitt Benckiser en Güeñes se está complicando aún más. Seis de los siete proyectos industriales que manejaba para recolocar a los 193 trabajadores se han retirado y sólo se mantiene una planta de plásticos que emplearía a 35 empleados. Los datos fueron proporcionados ayer por Industria al comité de empresa en la reunión que mantuvieron cuando se cumplen casi dos meses y medio del anuncio del cierre de la fábrica.

El plan de recolocaciones ofrecido por la multinacional británica, que ni siquiera se llegó a negociar porque los trabajadores querían garantías sobre la solvencia de esos proyectos, se queda así en el camino. La compañía señaló en su momento que el plan podría haber supuesto la recolocación de unos 140 empleados, la mayoría en tres proyectos que se iban a ubicar en los terrenos de la actual factoría de Güeñes.

La dirección de la multinacional ha incidido, desde que anunció el cierre, en las recolocaciones como solución y atribuye el desmarque de las empresas a la conflictividad y la demora en las negociaciones. "Es una oportunidad que ha pasado", aseguró ayer un portavoz de Reckitt.

Los trabajadores se han mostrado escépticos desde el principio, tanto por el futuro de estos proyectos como por las condiciones laborales. El único que persiste, la planta de plásticos, supondría salarios un 50% inferiores a los actuales, con 50 horas más de jornada laboral y una puesta en marcha en un plazo de dos años, aseguraron los miembros del comité de empresa.

Segunda jornada de huelga

"Industria nos ha dicho que no tenía datos del resto de los proyectos y que no los podía avalar", añadieron. La consejería sí ha comunicado a los empleados que en tres o cuatro meses prevé cerrar un proyecto en Las Encartaciones, pero no absorbería a los trabajadores de Reckitt.

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El conflicto está ahora en la llamada fase de consultas (la negociación) del expediente de regulación de empleo presentado, con toda la documentación completa, el pasado día 13. Estos contactos tienen un plazo mínimo de un mes. Si no hay avances para entonces, la Inspección de Trabajo, dependiente del Gobierno central, debe elaborar un informe de carácter no vinculante. Este documento se traslada al Departamento de Empleo, que es el que decide si acepta o no el expediente de cierre.

La Inspección de Trabajo se reunió ayer con la dirección de Reckitt para intentar desbloquear la situación. En la cita recibió información de lo ocurrido en estos dos meses y medio, pero sin adoptar ninguna decisión. Mañana contactará con el comité. La plantilla tiene intención de reunirse ese día con la multinacional dentro de la fase de consultas y ha convocado para ese día su segunda jornada de huelga desde que se conoció el cierre.

Los trabajadores insisten en que no existen motivos para el cierre, mientras que Reckitt aduce un ahorro de costes.

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