El congreso de los propagandistas reta a los católicos a entrar en política
"No se puede construir una sociedad quedándose en casa", dijo Coronel
El VIII Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación San Pablo-CEU, se cerró ayer en Madrid con un llamamiento a participar en política. "No se puede construir una sociedad quedándose en casa, hay que meterse en los múltiples campos que ofrece la sociedad civil en la democracia", proclamó Alonso Coronel de Palma, que acaba de dejar la presidencia de la ACdP.
La ACdP participó muy activamente en la política durante la II República y bajo la dictadura del general Franco -con ministros en todos sus gobiernos-, y también en los primeros años de la transición. Hoy ha perdido fuerza, tras la desaparición de la UCD y el empuje, en el interior de la Iglesia católica, de los nuevos movimientos, como el Opus, los Kikos o los Legionarios de Cristo. Excitar y promover de nuevo la participación de los católicos en la vida pública ha sido el objetivo de estos congresos, que reúnen en Madrid cada año, desde 1999, a más de mil líderes o intelectuales católicos.
La sesión de clausura, ayer a mediodía, tras una misa oficiada por el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, fue presidida por Jaime Mayor Oreja, ex ministro de Interior con el presidente José María Aznar y líder del PP español en el Parlamento Europeo. Fue él quien coordinó una mesa de debate titulada La política como servicio, que tuvo como principal orador al ex presidente de la ACdP, Alfonso Coronel de Palma, designado ahora por los obispos consejero delegado de la Cope.
El congreso, convocado con el lema El desafío de ser hombre,
ha sido pródigo en críticas al Gobierno socialista, cuyas reformas legislativas en materia de bioética repugnan a los católicos fieles a la Conferencia Episcopal. Pero ayer tocó hablar de política, después de una apelación de Coronel de Palma a la insumisión frente a las leyes injustas. "Los demonios familiares de la historia española, afortunadamente superados durante la transición, vuelven hoy a suscitarse y generan desunión", dijo.
"No se puede construir una sociedad quedándose en casa, sino que hay que meterse en los múltiples campos que ofrece la sociedad civil en la democracia y como un poder coadyuvante de los existentes, todos ellos constituidos como servicio y no como poder, no para servirse de los otros sino como servicio a los otros", añadió.
Antes, Mayor Oreja había expresado su preocupación por la "grave" situación política de España. Poniendo como ejemplo el llamado proceso de paz, que calificó de "mentira y de gran inmoralidad", Mayor Oreja, muy aplaudido por los congresistas, centró el discurso en lo que pueden hacer los católicos "ante la gravedad de los hechos". "Son los católicos los que en buena medida y en primer lugar estaríamos obligados a un cambio de actitud", dijo.
El nuevo presidente de la ACdP, Alfredo Dagnino Guerra, clausuró el congreso en tono optimista. "No se vayan con pesimismo. Son tiempos difíciles, pero no para la desesperanza: que a los laicos católicos sepamos defender el bien común en todas las problemáticas que hoy se suscitan y defenderlo con nuestro testimonio aunque sea ir contra corriente o ser denostados", deseó.
Crítica de los gays
Al congreso han asistido 1.200 personas, que han escuchado a 70 ponentes y leído unas 150 comunicaciones. Una de las conferenciantes, Blanca Castilla de Cortázar Larrea, ex secretaria general de la Real Academia de Doctores de España, fue severamente criticada ayer por el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, que instó a la Fiscalía General del Estado a que actúe contra ella por las acusaciones dirigidas hacia el colectivo de homosexuales. Zerolo aseguró sentirse "impactado" por las declaraciones realizadas por esta antropóloga y doctora en Teología asegurando que los homosexuales varones "utilizan a los niños para abusar de ellos" en el marco de las familias homoparentales. La presidenta de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales, Beatriz Gimeno, también denunció la "homofobia profunda" y la "incultura" de la conferenciante.
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