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Crónica:Fútbol | 11ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid se cuelga de Casillas

Portentoso partido del portero blanco, que frenó a un Racing que no mereció irse del Bernabéu sin puntuar

Un portentoso cabezazo de Sergio Ramos, una gran jugada trenzada por Diarra y Emerson, ahí es nada, y un fuera de juego que pilló despistado al juez de línea permitieron al Madrid despachar con un nuevo triunfo un partido en el que durante muchos minutos, 45 concretamente, no se enteró de nada. No se desmoronó el Madrid porque su pegada sigue dándole extraordinarios réditos y, sobre todo, porque su portería la guarda Casillas, que aburrió al Racing.

La grada del Bernabéu se está acostumbrando a un espectáculo de difícil digestión. Ocurre que el rival de turno se planta en un escenario que hasta ahora solía provocar el pánico generalizado y se dedica a tocar el balón, con mejor o peor estilo; y a dominar el juego, con mejor o peor criterio; y a crear ocasiones, con mejor o peor suerte; y a sentirse grande, gigante a veces. Lo mismo da que ese equipo se llame Écija o Barça. Ayer fue el Racing quien se plantó allí y, en la primera mitad, le dio un meneo de cuidado al Madrid. Ocho tiros a puerta se sacó de la manga el equipo cántabro. Resultado: 3-1 para el Madrid, que sigue haciendo caja. Cosas del fútbol. Y cosas de Capello.

REAL MADRID 3 - RACING 1

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Helguera, Cannavaro (Salgado, m. 74), Roberto Carlos; Emerson, Diarra; Raúl, Guti, Reyes (Robinho, m. 68); y Van Nistelrooy. No utilizados: López; Pavón, Mejía, Bravo y Nieto.

Racing: Toño; Pinillos, Rubén, Garay, Luis Fernández; Scaloni, Antonio Tomás (Vitolo, m. 56), Colsa (Aganzo, m.60), Serrano (Álvarez, m. 86); Munitis y Zigic. No utilizados: Calatayud; Oriol, Juanjo y Momo.

Goles: 1-0. M. 5. Sergio Ramos de cabeza. 2-0. M. 58. Reyes, tras pase de Emerson. 3-0. M. 71. Diarra. 3-1. M. 76. Garay, de falta.

Árbitro: Lizondo Cortés. Amonestó a Colsa, Cannavaro, Serrano, Reyes, Scaloni, Ramos, Diarra, Pinillos, Emerson y Raún. Expulsó a Guti (m. 89)

Unos 50.000 espectadores en el Bernabéu.

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Ha adquirido el Madrid una fortaleza descomunal en el juego aéreo. Sobre todo en ataque, en las jugadas a balón parado. Cinco minutos tardó ayer en golpear a su rival. Reyes sacó un córner y lo mismo dio que 10 jugadores del Racing merodearan por el área. Sergio Ramos se elevó entre cinco de ellos, quienes, impactados por el salto, no movieron un músculo, y cabeceó con todo, abajo, adentro. Ya estaba el partido donde le gusta a Capello, convencido de que al Madrid le va bien si el rival maneja la pelota, asunto de complicada explicación.

Y se arrancó el Racing a manejar la pelota. Y a manejar el partido. No es el cántabro un equipo cuyo fútbol enamore, pero se ha aprendido un discurso y a él se agarra con dedicación. Tiene en ataque a Zigic, un serbio inacabable desde sus 2,02 de estatura, y a quien sus compañeros se encomiendan en cuanto le ven, lo que no es complicado. Acababa de marcar el Madrid y en el primer palo apareció Zigic para cabecear con violencia. Se encontró a Casillas. Fue aquella la primera exhibición del portero, que hizo un partido de cine. Luego le sacó otro cabezazo a Rubén, un tiro a Serrano, una falta a Garay, dos disparo a Zigic... Ocho paradas hizo el chico, para un total de 18 intervenciones.

El Madrid se fue con ventaja al descanso agarrado a su portero y a las arrancadas de un Sergio Ramos que parecía el expreso allá en la banda. La grada tronó cuando el árbitro anuló un gol a Raúl, por presunto fuera de juego, un gol que era una obra de arte, con el control del capitán a un envío de Helguera, la vaselina que supera al portero, qué tiempos aquellos...

El Racing volvió del descanso con gesto de desesperación. Había sido el dueño del partido y el premio era la derrota. Casillas volvió a cruzarse en el destino de Zigic y, en una acción insólita, Diarra y Emerson enhebraron una jugada en ataque. Se arrancó el de Mali, que lanzó a su compañero brasileño. Éste levantó la cabeza, abrió a Reyes a la izquierda y el sevillano la mandó junto al palo con habilidad. Dos disparos había efectuado el Madrid y dos goles había cazado. Siete llevaba el Racing y a cero seguía. Pareció tirar la toalla el equipo cántabro y Diarra, aprovechándose de un fuera de juego, lograba el tercer gol. El Madrid no cuadraba una jugada, no inventaba nada y marcaba goles con inusitada puntería. Por fin encontró premio el Racing en una falta que Garay mandó a un ángulo donde ni Casillas pudo llegar.

Y de repente, Guti se hizo presente. El futbolista que ilumina al Madrid (aunque sea a ratos) perdió la luz y cazó a Vitolo de mala manera. Se fue expulsado y bien pudo imitarle Sergio Ramos. Murió el partido en los bajos fondos, el día que el Bernabéu recordaba a Puskas, uno de los mejores futbolistas que jamás pisaron su césped y que ayer hubiera soltado más de una lágrima. El mejor homenaje se lo dedicó Casillas, héroe de un Madrid cuyo fútbol no es precisamente digno de homenaje.

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