Homenaje sin balón para Puskas
El Madrid brindó ayer un modesto homenaje a uno de los mejores jugadores que jamás vistieron su camiseta, Ferenc Puskas, muerto el viernes de madrugada en Budapest, a los 79 años. Una violonchelista interpretó un aria sobre un pequeño estrado instalado en la hierba del estadio Santiago Bernabéu. Los dos equipos permanecieron en silencio durante un minuto. Los madridistas, abrazados frente al círculo central; los del Racing, dispersos e inmóviles.
El público se contuvo mientras sobre las dos pantallas gigantes del estadio se emitían imágenes del ex delantero húngaro en situaciones sociales de todo tipo, con su esposa, con su compañero y amigo Alfredo di Stéfano en una cena, y besando a unos niños rubios. Tal vez, los organizadores del acto olvidaron los goles. El balón no apareció por ningún lado. Como si se tratase de un artefacto carente de la solemnidad necesaria.
El estadio no tardó en cambiar la melancolía por el ruido del júbilo. A pocos minutos del arranque, Reyes sacó un córner cerrado al segundo palo y, en el punto en el que se redondea la parábola, Sergio Ramos se suspendió en el aire y metió un cabezazo limpio que mandó el balón junto al borde del poste.
Reyes, que también marcó un tanto, el segundo de su equipo, confirmó su condición de jugador más desequilibrante del partido, junto con Guti, y su pase de gol colocó al Madrid al frente de los equipos españoles que marcan a la salida de saques de esquina. El grupo de Capello, técnico madridista, ha marcado cuatro tantos en este tipo jugadas. La estadística lo sitúa como la mayor potencia de la Liga en jugadas a balón parado y remates de cabeza. En otros apartados el Madrid es menos brillante. Al cabo de la primera parte, el Racing había rematado seis veces entre los tres palos frente a dos de los locales. Casillas debió sacar tres guantes en el límite. Toño apenas tuvo que esforzarse.
Capello aprovechó la noche para cambiar a Cannavaro, el central italiano de su equipo, para que la afición le ovacionara por haber conseguido el Balón de Oro que le distingue como mejor futbolista de la pasada campaña. Ocurrió en el minuto 74. Y le sustituyó Salgado, que volvió así a jugar tras lesionarse en septiembre, contra el Levante.
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