Vuelta al medievo
En Santo Domingo de la Calzada todo es posible. Por lo menos desde que el ermitaño que fundó esta población riojana hiciera resucitar a un par de aves ya asadas, según cuenta la leyenda. Más teatral, menos milagrosa pero muy conseguida, es la recreación de un mercado medieval que anima las calles del pueblo del 6 al 10 de diciembre.
Al traspasar el arco de entrada al casco antiguo, se pone pie en otra dimensión: banderolas y cintas de colores adornan balcones y ventanas, mientras jóvenes vestidas de zíngaras, duendes y ninfas bailan y realizan juegos. Los puestos del mercado se despliegan por tres plazas, alrededor de la catedral románica, iniciada en el siglo XII. En la plaza del Santo, en la Alameda y en la plaza de España se pueden comprar obras de artesanos en cerámica, plata y cuero, y bisutería. Magos, músicos con instrumentos antiguos y malabaristas ponen magia y fuego al ambiente. Fichas de ajedrez con trajes medievales marchan en busca de sus contrincantes para una partida viviente con la música de fondo de tambores y gaitas, que amenizan cada jugada. Media villa se viste de época para representar una boda medieval con bailes, trajes y caballos. La noche es el momento de las luchas entre caballeros, los torneos y las historias de amor, que se desarrollan con un espectáculo ecuestre a la luz de las antorchas.
Una partida de ajedrez con fichas vivientes, luchas de caballeros, magos, músicos y talleres de artesanía. Del 6 al 10 de diciembre, Santo Domingo de la Calzada se convierte en un mercado medieval.
También se organizan talleres para demostrar el buen quehacer de viejos oficios como el hilado o la cantería; aunque la máxima expectación la provoca la fragua del herrero, cuando los golpes del martillo se oyen por toda la plaza y el hierro va adquiriendo sucesivas tonalidades. No se queda atrás la exhibición del arte del vidrio soplado, con el que se hacían vasijas, vasos y adornos.
La tradición de mercados en Santo Domingo viene de lejos, cuando en estas mismas fechas se reunían artesanos, vendedores y visitantes que llegaban a la ciudad en busca de víveres y enseres para pasar el invierno. La idea de resucitar aquellos encuentros surgió en 1993, y cada año se le han ido sumando adeptos y visitantes que acuden para ver una fiesta tan peculiar en un escenario espléndido.
- Información: 941 34 12 30; www.riooja.org.
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