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Fin de semana

Basterretxea recuerda el bombardeo de Gernika

El artista despliega en Bilbao una veintena de obras inéditas en blanco y negro

"Me presento de nuevo en Bilbao luego de una ausencia demasiado larga", escribe el artista Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924) en una nota de prensa para presentar la muestra que reúne en una galería de la capital vizcaína 17 piezas realizadas en 1986 que no había mostrado nunca. Todas ellas hablan de Gernika y de su bombardeo en blanco y negro y arropan Gernika 50, un lienzo pintado en 1987 por el autor con motivo del 50º aniversario del ataque, que sí se expuso en su momento en la villa vizcaína. Basterretxea las tenía guardadas en casa y su hijo le ayudó a rescatarlas del polvo del tiempo.

Con sonrisa pícara de niño ilusionado contemplaba Basterretxea el pasado jueves el montaje de sus grandes cuadros bicromáticos en la sala bilbaína. "Ha quedado bien, ¿verdad?", repetía. El artista alabó la recuperación de los 17 grandes lienzos que se amontonaban en su caserío de Hondarribia, de cara a la pared. "Un hijo mío me ayudó a limpiarlos y a dejarlos listas para exponer, aunque se encontraban perfectamente", comentó.

A la entrada de la galería se expone Gernika 50 y en la sala se van desplegando las obras en blanco y negro, jamás mostradas antes. El artista ha utilizado únicamente esos dos colores, explica, para que "nada distrajera al luto esencial de su significado: que la muerte y la destrucción estallaron en mismo y múltiple estruendo". Basterretxea se ratifica en todo lo que quiso decir hace 20 años sobre el bombardeo y en el lenguaje pictórico que usó: "En el arte actual, donde hay tantas calidades inventadas, volver a la forma escueta del blanco y negro me parece muy bonito y muy moderno".

El artista era pequeño cuando estalló la Guerra Civil en 1936. "Tuvimos que exiliarnos a Francia y después a Argentina", cuenta. Las imágenes de Gernika destruida le impactaron enormemente. "No entiendo por qué otros artistas vascos no reflejaron más esa tragedia. Yo creo que si hay algo horrible en un pueblo es una guerra civil y no sé que les pasó a los demás que soslayaron el tema", indica. Basterretxea, sin embargo, no olvidó: "Es una cuestión de concienciación. Esto pasó en un pueblo".

Aunque ha rescatado estas pinturas de hace dos décadas, el artista vizcaíno asegura que no para de trabajar. Duerme poco, confiesa, a veces sólo tres horas, y el resto del tiempo lo distribuye en multitud de tareas. "Me interesa el grabado, el cine, la fotografía, la pintura,..." Lo último que le atrae es hacer collages, "porque se obtiene un resultado inmediato".

A sus 82 años, echa de menos las charlas con los amigos, "los ratos de tertulia en el café", una costumbre perdida. Y se muestra especialmente orgulloso de su obra escultórica: "Soy el escultor que más piezas tengo en la calle", precisa. Su Bermeo natal ha aprobado un proyecto para abrir un parque con 26 de sus esculturas.

Gernika 50. Néstor Basterretxea. Galería Windsor Kulturgintza. Juan de Ajuriaguerra, 14; Bilbao. Hasta el 31 de diciembre. Horarios: de martes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30; sábados, de 12.00 a 14.00; domingos y lunes, cerrado.

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