_
_
_
_
_
Reportaje:

Las rancheras del orgullo femenino, según Lila Downs

La inclasificable cantante mexicana actúa hoy y mañanaen Madrid, con Martirio y Carmen París como cómplices

Rosa Rivas

Lila Downs trae su cantina mexicana al Cabaret Círculo y se juntará con dos cómplices españolas, Carmen París (hoy) y Martirio (mañana). Se presenta esta noche, con las entradas agotadas, pero quienes no puedan verla podrán oír sus canciones en directo (hoy, a las 22.00) por Radio Círculo (100.4 FM) y por www.circulobellasartes.com.

En un "espectáculo libre e improvisado", cantará temas de su nuevo disco, La cantina. Entre copa y copa, donde figuran temas suyos y firmados con Paul Cohen, cumbias y rancheras tradicionales, con toques contemporáneos (rap) y pasadas por el tamiz de una voz poderosa que muchos identifican con Chavela Vargas.

"Yo soy muy distinta, pero creo que en esencia tengo la misma fiera dentro, aunque controlo a la bestia", dice Lila Downs entre risas, y lanza sus ojos negros en vista panorámica por el horizonte madrileño. "Está rico este sol", dice, mientras explica en la terraza del Círculo de Bellas Artes la trama que teje su música y su compromiso personal. Óaxaca, su tierra, es la primera puntada: "Vive un momento difícil histórico y cultural. Hay una idea superficial de revueltas o terrorismo, pero vale la pena mirar al fondo. La cosa es muy compleja, y tiene que ver con el PRI y los gobernantes del estado". "No mandan bueno", está escrito en www.liladowns.com.

"Los asuntos los abordo de forma diferente. La protagonista no muere de un balazo"

Como parte de su "responsabilidad comunitaria", la artista dio un concierto a beneficio de mujeres jóvenes indígenas que quieren ir a la Universidad.

Con Carmen (en clave de bolero) y Martirio (en terrenos de copla) Lila desplegará en el Círculo de Bellas Artes un canto mestizo en una ciudad cada vez más mestiza: "Madrid es una ciudad loca, como todas las grandes ciudades. En México es una realidad de siempre ver distintas caras. Ahora lo he notado y tenía mucha curiosidad sobre cómo se da en la música especialmente, porque es muy rico tener influencias de musica árabe, gitana". "Ya conocía su trabajo un poquito, ha sido iniciativa mía contar con ellas, no de las casas de discos. Estas colaboraciones son importantes, porque puedes comparar tu trabajo y te das cuenta de que las cosas no son tan diferentes, primero porque hablamos el mismo idioma", constata la artista.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"En Shangai [donde actuó el pasado 9 de noviembre] estuve con una banda de mujeres chinas. Teníamos un traductor para comunicarnos, pero el lenguaje de la musica es tan maravillosamente universal que te sientes como en casa cuando te topas con otros músicos", cuenta.

Pero para comprender las rancheras hace falta más: vivirlas. Lila Downs lo sabe: "Hay que volver al origen. La ranchera tiene que ver con las tripas, el sentir, la desesperación... Por eso está unida a la historia de México. La juventud se ha visto alejada de la ranchera quizá por su intensidad emocional y por su machismo. Por eso me alejé yo, pero la retomé en un momento de desesperación como ser humano", confiesa la cantante, que ha conseguido templar su dualidad mexicano-estadounidense. "Me encuentro mejor en México, en mi tierra, en Oaxaca, y ahora en el DF, me he enamorado de esta ciudad", dice.

También maneja otra dualidad, como poeta y antropóloga: "La antropología me sirve para mi expresión como artista y en algunas ocasiones lo utilizo más de lo que debiera. Debiera ser quizás más sentida, como es la canción ranchera, porque he aprendido mucho al conocer a Chavela y saber que no causa ningún daño ser, pero a veces me da un poco de temor ser y ocupo demasiado tiempo en análisis para salir de algunas. El secreto en la vida es el balance".

¿Y se pueden hacer rancheras feministas? "Pues yo he escogido temas que no necesariamente son machistas. Los asuntos los tomo desde un punto de vista diferente. Y como mujer creo que la ranchera puede ser interpretada como de orgullo. Y el orgullo no es machismo, lo podemos expresar por cómo nos sentimos engañados por alguien en el amor o con una desesperación fatal por la vida que nos ha llevado a perderlo todo..."

"He compuesto un corrido dedicado a las teiboleras [bailarina exótica, de table dance], que cuenta la historia de un personaje de mi familia. Siempre se platicaba de ella. Se fue de un pueblo indígena a la ciudad y trabajó de niñera, de sirvienta, de cualquier chamba que iba surgiendo. Esto es una realidad muy presente hoy en día. Tacha la teibolera es una canción con el punto de vista de una mujer, en la que la protagonista no muere con una bala en el corazón".

Y de la ranchera violenta surge el repaso a la actualidad.

Ciudad Juárez: "Es la orilla del mundo". Corrupción: "La enfermedad de mi país, la falta de justicia". Política: "Tiene que haber una política nueva, moderna, fresca, joven". Mujer en México: "Es la madre de toda la creatividad y de los pensamientos poéticos y es la mujer sacrificada, eso sí". Emigración: "Una realidad de nuestro tiempo". Futuro: "Yo espero, creo en las cosas buenas, y en que mejore la situación en mi país".

DE OAXACA A MINNESOTTA

Lila nació en 1968 en Oaxaca, hija de una cantante india mixteca y un cineasta estadounidense.

Se crió entre las montañas de Sierra Madre y Minnessota, donde estudió Antropología.

Ganó un Grammy en 2004 por su disco Una sangre.

Sevilla, Murcia, Madrid, Barcelona y San Sebastián son las escalas españolas de su gira.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_