El Málaga pide ayuda al juez

Los 27 millones de deuda que tiene el Málaga, de Segunda División, amenazan su subsistencia. Su presidente, Fernando Sanz, jugador del equipo hasta la pasada campaña e hijo del ex presidente del Madrid Lorenzo Sanz, ha decidido someter a la entidad a un control judicial para sanear su economía. El club ha puesto en marcha ya los trámites para un proceso concursal en el Juzgado de lo Mercantil que rebaje su deuda a la mitad en unos nueve meses.

Para ello, ya se está elaborando una relación de acreedores -la mayoría de los impagos son con Hacienda y con la plantilla- y la memoria jurídica y financiera que pueda concluir con un plan de viabilidad diseñado por quien designe un juez. "Nos planteamos esta historia porque no podemos vivir en la mentira permanente. Tenemos que afrontar la realidad y sanear el club lo antes posible", indicó el jueves Sanz sobre la decisión de acogerse a la Ley Concursal. El proceso que sigue es el siguiente: una vez solicitada la presentación del concurso y designada por el juez la persona que negocie con la entidad y todos sus acreedores, se establecerá un convenio y la correspondiente forma de pago. Esto es, se diseñará un plan de saneamiento acorde con las finanzas del Málaga. Este mecanismo permitiría al club reducir su deuda a la mitad, a pagar en un máximo de cinco años.

Pese a que la ley es relativamente nueva, el Sporting y Las Palmas ya se han acogido a ella. El club canario lo hizo el pasado año, cuando su deuda ascendía a 72 millones de euros, y hasta consiguió el ascenso aún estando las cuentas gestionadas por varios administradores, que fijaron un tope salarial de unos 450.000 euros.

Lo mismo ocurrirá con el Málaga: serán los administradores nombrados por el juez quienes supervisen la sociedad, aunque la familia Sanz, propietaria del Málaga, seguirá al frente de la misma. A este respecto, Fernando Sanz reconocía esta semana que ni su padre ni él han pensado en abandonar el club pese a su precaria situación económica, heredada de los anteriores gestores. "Pagar seis millones de euros por una ruina de club como hicimos demuestra nuestras intenciones; cuando la deuda se ponga a cero, todo cambiará", dijo Sanz, que sabe que tendrá que seguir afrontando los pagos a los jugadores y los demás compromisos contraídos por la entidad pese a que se ponga en marcha este proceso.

Por otra parte, el Málaga espera la comunicación de la Liga Profesional por la que se le inhabilita para realizar fichajes hasta que no logre un equilibrio patrimonial, una vez que el club ha agotado todos los recursos posibles para evitar tal pronunciamiento.