"En Guinea cualquier persona tiene una casa y un coche"
Teodoro Obiang se olvidó ayer de que más del 60% de los guineanos vive con un euro al día, a pesar de que las enormes riquezas derivadas del petróleo le convierte en el segundo país en renta per cápita del mundo. Buena parte de ese dinero se queda en la familia del dictador.
En la embajada había muchos jóvenes de la élite ecuatoguineana, que vienen a España a estudiar. Algunos se quedan después, y eso no gusta al presidente. "Los que habéis terminado una carrera, os digo: ¿qué estáis haciendo aquí? Estáis perdiendo vuestro tiempo", les espetó como un padre protector. "Ya podéis regresar a Guinea Ecuatorial, donde cualquier persona tiene una casa, un coche y una vida normal".
La oposición no hizo acto de presencia en un día gris en Madrid, con una lluvia persistente. Sí estaban allí todos los acólitos del presidente. Dentro, la embajada, repleta de fotos del dictador, era una auténtica fiesta antes y después de su llegada, con comida para todos pese a que el aforo se desbordó con creces. Fuera, bajo la lluvia, dos decenas de jóvenes cantaban sin parar para dar la bienvenida a Obiang. Estaban perfectamente coordinadas y todas vestidas con camisetas con la foto del dictador. Sus cánticos parecían pensados para acallar las esperadas protestas. Pero éstas no llegaron nunca.
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