Obiang
Ya era hora. Por fin veo publicado en un periódico con el relieve suficiente que Guinea Ecuatorial tiene por sus ingresos del petróleo la segunda renta per cápita del mundo y que, sin embargo, su dictador Obiang y su parentela mantienen a la población en la más absoluta miseria (EL PAÍS, 11-11-2006). ¿No hay un juez que incrimine a semejante personaje cuando va a Estados Unidos a curar su próstata o a sus hijos cuando salen a disfrutar de sus mansiones o de sus yates? ¿Los intereses de las petroleras son tan importantes como para que empresas y gobiernos traten con mimo a alguien que es un delincuente internacional?
La verdad, ya hace muchos años que me planteo estas preguntas y no consigo encontrarles una respuesta. Ojalá el reportaje de su periódico sirva para que quienes pueden hacer algo se las planteen también.- Carlos F. Barberá. Madrid.
¿Qué entenderán por derechos humanos el señor Moratinos y quienes han decidido esta visita de Estado? ¿Tal vez que el Gobierno guineano lleva un tiempo sin matar en sus cárceles a opositores? Porque seguro que no podrán hablar de libertad de expresión, de escuela gratuita y de una calidad mínima para todos, de sanidad decente... Y todo esto en uno de los países con mayor renta per cápita del continente africano. ¡Es vergonzoso! ¡Increíble que el dictador sea recibido con honores por el señor Zapatero y su majestad el Rey!
Y hablan de libertades... Supongo que libertades para los señores empresarios españoles que podrán invertir sin las dificultades de los últimos años y, eso sí, sin pagar impuestos que reviertan en la población, aunque siempre estarán los porcentajes obligados que irán a parar, para variar, a los bolsillos del presidente o de su hijo, Teodorín.
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