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Reportaje:

'Bully', 'Susi' y 'Jeny' se lo meriendan todo

Tres elefantas devoran media tonelada de frutas y verduras a las puertas de La Vaguada

Luis Doncel

Llegaron muy elegantes ellas, exhibiendo su majestuosidad por la avenida de Monforte de Lemos. Entraron en la plaza principal de La Vaguada precedidas por dos coches de la Policía Municipal. Allí les esperaba un centenar de fans ansiosos, en su mayoría niños. Hicieron su aparición, como si fueran alguna de las estrellas de reggaeton que triunfan entre los adolescentes, y a Susi se le escaparon unos litros de orina ante los ¡oooh! que salían por la boca de su público. Bully, Susi y Jeny acabaron ayer con la media tonelada de frutas y verduras que los responsables del centro comercial les habían dejado en una mesa.

Las protagonistas son tres elefantas, dos de ellas asiáticas, 35 años cada una, y la tercera, Bully, africana, de 22. ¿Las diferencias? Bully tiene las orejas y colmillos más grandes que sus hermanas de Asia. Da igual. A los niños no les importan las diferencias de las paquidermas, que llegaron para promocionar el circo donde trabajan.

El menú habitual de los animales es de 100 kilos de alfalfa y paja, 10 de pienso y 10 de frutas

Sustituyeron su menú diario de 100 kilos de alfalfa y paja, 10 kilos de pienso y 10 de fruta por una dieta exclusiva de 500 kilos, a repartir entre las tres, de uvas, lechugas, pepinos y otras viandas. ¿No es dañino este cambio en sus hábitos? "No", responde Jason Peters, su cuidador inglés, "simplemente hoy han comido un poco menos de alfalfa". Con baberos y antifaces publicitarios, los tres animales se meten en la boca racimos de plátanos y sandías enteras, sin dejar rastro. Tres valientes, de unos seis años, se acercan para darle de comer con sus manos. Es la revolución. El resto de los niños también quiere hacerlo y el domador no da abasto.

Susi se dedica a pasar la trompa por el suelo, a modo de escoba, para recoger la fruta que se ha caído. Bully es más exquisita. Ella selecciona las piezas que le gustan y va desechando las otras. Más tarde, un grupo de pequeños se les acerca. "Guárdame un plátano para mí", dice una niña a otra. Bully zanja la conversación con un barrito y todo el grupito se muere de miedo por el enfado de la elefanta.

Mientras la megafonía del Circo Mundial repite una machacona letanía que enumera las maravillas de las que dispone -"ocho feroces leones, llamas del Perú, los campeones del break dance, trapecistas de Vietnam...-, tres niños conversan en rumano. "Me ha puesto la trompa en la mano", comenta en un perfecto castellano Fernando, de nueve años. Su amigo, de ocho y sin unos cuantos dientes, también quiere salir en la prensa. "Pon que me llamo Napoleón, con acento en la o", ordena al periodista. Diego, de cinco años, no ha querido acercarse a los animales. Tiene una buena razón para ello: "Porque son muy grandes y me dan miedo".

En el mismo día en el que, según informa Efe, una manada de 24 elefantes borrachos pisoteó hasta matar a tres personas de una misma familia y arrasó el pueblo del noroeste de la India en el que vivían, sus congéneres Bully, Susi y Jeny hicieron las delicias de los que se acercaron a La Vaguada. Ellas no bebieron cerveza de arroz, como los elefantes del pueblo indio. Después de terminar con las existencias, se retiraron con tanta dignidad como aparecieron. Los que las llevaron hasta allí tienen la esperanza de que muchos niños que estuvieron ayer se pasen por el circo un día de éstos.

Gran Circo Mundial. De gira en Madrid desde el 27 de octubre hasta el 26 de noviembre. Entradas a la venta en el teléfono 902 20 05 85.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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