¿Muy poca cumbre?
El editorial de EL PAÍS titulado Muy poca cumbre (6 de noviembre) empezaba con un error: su primer párrafo se refería a "la cumbre de 20 países iberoamericanos más España y Portugal", cuando la comunidad iberoamericana está formada por 19 países latinoamericanos más España, Portugal y, por cierto, Andorra. Iberoamérica existe a ambos lados del Atlántico.
Luego criticaba las ausencias (desde luego lamentables) de ocho presidentes para, enseguida, calificar la reunión como "necesaria pero insuficiente" y lamentar, en fin, que "la secretaría general creada el año pasado y que dirige el uruguayo Enrique Iglesias no ha hecho que se notara cambio alguno".
¿Muy poca cumbre?
Una cumbre, la de Montevideo, que ha sellado un compromiso sobre migración y desarrollo donde se reconocen avances en política migratoria no alcanzados ni en el ámbito de Naciones Unidas ni en la Unión Europea.
Una cumbre que ha aprobado un Programa de Alfabetización (2007-2015) para jóvenes y adultos.
Una cumbre que ha creado un Fondo Iberoamericano para el acceso al agua potable, de la que no disponen 56 millones de ciudadanos de nuestra comunidad.
Una cumbre a partir de la cual se pondrá en marcha un ambicioso programa de intercambio de estudiantes universitarios, algo así como el exitoso Erasmus europeo en versión iberoamericana.
Una cumbre que ha establecido la Carta Cultural Iberoamericana en el bien entendido de que las industrias culturales representan el 6% del PIB en algunos de nuestros países.
Una cumbre que ha impulsado el programa Iberescena para promover coproducciones de cine y teatro y desarrollar así el espacio escénico de nuestra comunidad.
Una cumbre que a través del Fondo Indígena ha creado el Instituto Iberoamericano de Lenguas Nativas. Que ha reunido a parlamentarios, ONG y empresarios de muy alto nivel en sendos foros de trabajo. Que ha convocado a miles de jóvenes en un Concierto Iberoamericano donde artistas como Jorge Drexler o Amaral les han hablado mediante la música, su lenguaje compartido.
Una cumbre, la de Montevideo, que ha permitido a España y Argentina llegar a un acuerdo para resolver su deuda.
Una cumbre en la que el Rey se ha ofrecido para restablecer el diálogo entre Argentina y Uruguay, enfrentados ambos por el enquistado conflicto de las papeleras...
¿Muy poca cumbre?
Una cumbre que, por cierto, ha reconocido, en términos muy elogiosos, el trabajo que ha hecho, durante su primer año, la Secretaría General Iberoamericana, y muy especialmente su titular, Enrique V. Iglesias.
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