El consejero delegado de Abertis arremete contra el patriotismo económico en Europa

"Si no fuera por nuestro amor al riesgo, lo hubiéramos dejado correr". Siete meses después de haber cerrado un acuerdo amistoso para fusionar la española Abertis con el principal operador de autopistas de Europa, Autostrade, pero sin poder materializar el proyecto por la reticencia del Gobierno italiano, el consejero delegado del grupo español, Salvador Alemany, cargó ayer contra los "patriotismos económicos" en Europa y el "coste importante" que tienen para las empresas.

Alemany se quejó de la pérdida de tiempo que supone "pasarse el día discutiendo con la federación y con el árbitro" -en alusión al Ejecutivo italiano y al comunitario- en lugar de "jugando". Y describió su tarea como una "labor de artesanía" y una "carrera de obstáculos". También auguró que si la sede de la nueva Abertis "no hubiera estado en Barcelona, sino pongamos que en Helsinki, y los directivos hubieran sido franceses en lugar de españoles, no hubiéramos tenido tantos problemas".

Abertis, que durante meses mantuvo un perfil bajo con la convicción de que la confrontación abierta con Roma sería peor, ha cambiado de tono desde que la Comisión Europea ha tomado cartas en el asunto. Primero, se sintió respaldada por la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, que no puso reparos a la integración y que ha arrancado del Gobierno italiano el compromiso de que le comunicará cualquier condición que pretenda imponer a Autostrade y a Abertis para garantizar sus inversiones en el país. Y ahora, ambas empresas se aferran a la actuación del colegio de comisarios por indicación de su responsable de Mercado Interior, Charlie McCreevy.

Ayer, tanto el portavoz de McCreevy, Oliver Drewes, como el vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, precisaron que Bruselas lanzará el primer paso de su anunciado procedimiento de infracción contra Italia la semana que viene, en principio el día 14.

Veto de Italia

Retirado ya el veto de Italia a la fusión, las inquietudes del Ejecutivo comunitario no se centran en la unión de Autostrade y Abertis, sino en el nuevo decreto que regula las concesiones en Italia. Dicho decreto, que puede sufrir cambios hasta el 3 de diciembre, fue definido ayer por Frattini como "un sistema que permite al Estado (italiano) influir directamente sobre las concesiones e indirectamente sobre las fusiones", informa Europa Press. Su colega McCreevy quiere ver hasta qué punto plantea "restricciones a la libre circulación de capitales" en Europa. Autostrade y Abertis condicionan su fusión a que no se les aplique el sistema de tarifas que incluye el decreto.

Con este trasfondo, Salvador Alemany centró ayer su conferencia inaugural de la Jornada de los Economistas en su edición de 2006 en analizar el creciente protagonismo de Europa en los procesos de fusiones y adquisiciones y en los "patriotismos económicos", de los que, dijo, "hay que huir" y en los que elogió el papel "determinante" de los funcionarios de Bruselas para hacer cumplir la ley.

Antes de entrar en el caso concreto de Italia y de confiar en que la fusión con Autostrade será una realidad en el calendario previsto, el consejero delegado de Abertis apuntó que los gobiernos no se sienten "cómodos" con ni "tienen interiorizada" "la liga de los campeones que se está jugando, cuando en el partido juega otro país". "Dejen que se creen grandes corporaciones", reclamó. A los gobiernos les atribuyó el papel de velar por regular las líneas de actuación de las empresas para que no se resienta el servicio al ciudadano.

Pese al dossier energético, salvó a España de cualquier acusación de proteccionismo. Apuntó que la Francia que ha permitido a Abertis comprar Sanef está empezando a cambiar. Dijo que Alemania tiene "miedo" de la presencia extranjera y protege a sus pesos pesados empresariales. Puso como paradigma

de apertura al Reino Unido. Y, sobre Italia y su "muy sensible" Gobierno, habló de "paradojas", tras recordar la compra del banco alemán Hypovereinsbank por Unicredito o las ganas de consolidarse en el extranjero, "y en España", la eléctrica Enel y la petrolera Eni.