El SIMO se renueva para hacer sitio a la voz por Internet y al consumo digital

La 46ª edición del SIMO abre el sábado a todo el público, después de cuatro días dedicados a los profesionales.

En este casi medio siglo de vida, la tradicional feria madrileña ha ido evolucionando de cosas tan tangibles como los muebles de oficina a otras poco visibles como las comunicaciones inalámbricas. Mientras otras ferias han desaparecido, el SIMO se ha ido adaptando a los tiempos, con más o menos fortuna. En la edición de esta semana la gran novedad es el Vivero, un espacio para que muestren sus productos empresas españolas nacidas hace menos de tres años.

La iniciativa llena un hueco que en otros países, por ejemplo, Estados Unidos, suelen realizar las universidades. Una vez al año en Stanford o en el MIT los estudiantes exponen sus ideas o sus prototipos susceptibles de convertirse en empresa.

En el SIMO ya son empresas, pero tan tiernas que necesitan un escaparate en el que les vea el público profesional, el aficionado o las diferentes administraciones. La mayoría desarrolla software y practica esa terrible palabra, deslocalización, aunque en este caso sólo significa que no están ni en Madrid ni en Barcelona. Nacen, casi todas, en la periferia y muchas de ellas en las universidades.

Bonanza económica

La bonanza económica también llega a la tecnología. Las empresas tienen que ganar en productividad y eficiencia y el camino más recto es la modernización tecnológica. El gasto en las Tecnologías de la Información aumentará este año un 4%, y la tendencia va a seguir hasta el año 2010.

En el caso de los ordenadores las ventas subirán este año un 10%; no es el 27% del año anterior, pero sí un a subida considerable, a la espera de que llegue el nuevo sistema operativo de Microsoft.

En la misma situación de transición se encuentra el DVD con la lucha entre el Blu-ray y el HD-DVD, que divide a la industria tecnológica y a la de los contenidos multimedia. El SIMO también dedica al consumidor final un espacio que hasta ahora tenía bastante vedado.

La economía española crece, en gran parte, gracias al consumo familiar que se endeuda más que nunca, para tener una casa, un coche, un televisor plano de 42 pulgadas o un teléfono móvil 3G multimedia preparado para recibir la televisión.

Ninguna feria tecnológica puede soslayar la importancia estructural que ha adquirido el teléfono: la telefonía fija (gracias al ADSL, principalmente), la móvil en sus diferentes variantes y la llamada voz por Internet (VoIP). Algunas empresas españolas, tanto pequeñas como grandes, ya se han animado a sustituir su telefonía tradicional por la VoIP, ahorrándose costes, entre otras ventajas.

Si las telefónicas de toda la vida tuvieron que enfrentarse hace años a las compañías nacidas con el móvil, ahora a ambas les toca competir con las empresas que dan servicios de voz IP.

En España desde hace tres años lo hace Voztelecom, que integra voz, vídeo y mensajería instantánea en sus aplicaciones de telefonía IP a todas las empresas que se lo soliciten. Casi 24 millones de personas utilizaron estos servicios en todo el mundo el pasado año. En Europa, Francia es el mercado más avanzado con casi tres millones de usuarios, y en España la microempresa se adapta también a la VoIP.

A estos retos intenta responder estos días el SIMO, para reflejar un panorama de lo que está sucediendo hoy en día, en España y en el mundo, en el campo de las diferentes tecnologías de la información.