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El futuro de Cataluña

El PSC, Esquerra e Iniciativa alcanzan un principio de acuerdo para gobernar en Cataluña

José Montilla presidirá la Generalitat y Carod Rovira se perfila como vicepresidente de un "nuevo" tripartito

Miquel Noguer

Sólo cuatro días después de las elecciones catalanas, los líderes del Partit dels Socialistes, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya cerraron ayer un principio de acuerdo para la formación de un nuevo Gobierno catalanista y de izquierdas. El primer secretario del PSC, José Montilla, y el presidente de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod Rovira, acordaron en una reunión celebrada a mediodía que las comisiones negociadoras de sus partidos comiencen una "negociación formal" para la formación de un nuevo Gobierno. Éste estará presidido por Montilla y probablemente tendrá a Carod Rovira como vicepresidente. El líder de Iniciativa per Catalunya, Joan Saura, se sumó al preacuerdo horas más tarde.

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Los tres líderes escenificarán el entendimiento durante el día de hoy en una comparecencia conjunta. Anoche, Carod Rovira ya ofreció una conferencia de prensa para decir que su formación se había decantado por "un Gobierno de entendimiento con el PSC e ICV", un "nuevo" tripartito, dijo, para "dar continuidad a las medidas sociales iniciadas en 2003". También el presidente de Iniciativa, Joan Saura, emitió un comunicado constatando que los tres líderes de la izquierda catalana se habían puesto de acuerdo "para la reedición de un Gobierno de izquierdas".

El entendimiento llegó después de varias horas de reuniones entre Carod y Montilla. Al término de éstas, el primero confirmó al primer secretario del PSC su intención de apostar por formar una mayoría de izquierdas en el Parlamento autónomo. Decidido esto, Carod telefoneó al líder de Convergència i Unió, Artur Mas, para comunicarle que declinaba su oferta para formar un Gobierno nacionalista. Carod justificó su decisión argumentando que Cataluña no necesita ahora "frentes de ningún tipo", en referencia al frente nacionalista que habría supuesto la formación de un Ejecutivo con convergentes y republicanos.

A falta de concreciones, el entendimiento entre los tres líderes de la izquierda tiene como piedra angular un protocolo que deja claro que el Gobierno, aunque de tres patas, debe funcionar como una sola unidad y que gestionará internamente y no en público las discrepancias que puedan aparecer. El alcance de un entendimiento en este sentido y sobre la arquitectura del nuevo Gobierno, objeto de fuertes tensiones entre los negociadores socialistas y republicanos, fue lo que permitió el preacuerdo.

Pese a las reticencias iniciales de los socialistas sobre la presencia de Carod Rovira en el Ejecutivo, éste estará presente en calidad de número dos de Montilla. Aunque la arquitectura del Ejecutivo no está cerrada, todo indica que Carod ocupará la vicepresidencia y será consejero de un departamento relevante.

Al comienzo de las negociaciones, los socialistas ya defendieron diluir la capacidad de acción de Carod sustituyendo la figura del primer consejero por una vicepresidencia, como sucede en otras comunidades autónomas. Y éste habría sido el modelo finalmente acordado, pese a que Carod Rovira eludió referirse a él en su intervención de ayer. El líder republicano se limitó a decir que en un Gobierno de coalición "es lógico que el representante del primer partido sea el presidente como también lo es que el del segundo partido sea el número dos".

La denominación que tenga el cargo que ocupará Carod no es una cuestión baladí. Situarlo como conseller primer, primer consejero, función que ya ostentó fugazmente en el principio de la anterior legislatura, equivaldría a darle una potestad ejecutiva equivalente a la de un primer ministro. Y ello incomoda a muchos de los dirigentes socialistas, que temen en Carod una fuente permanente de conflicto. En cambio, situarlo como vicepresidente, ayudaría a reforzar la imagen de Montilla como único líder del Gobierno catalán, tanto de cara al público como a la hora de tomar las decisiones finales.

Fuentes de la dirección de ERC aseguraron anoche que el cargo de Carod no fue lo que inclinó la balanza republicana a favor del tripartito. "El hecho de que [Pasqual] Maragall ya no esté en el Ejecutivo también ha ayudado", aseguró tras recordar que fue el todavía presidente quien expulsó a Esquerra del Gobierno por su negativa a apoyar el nuevo Estatuto.

El PSC fue el único de los tres partidos que ayer declinó hacer una valoración oficial del principio de acuerdo. Fuentes próximas a la dirección del partido sí expresaron su "satisfacción" por el hecho de que Esquerra Republicana se haya decidido rápidamente por la opción de un Gobierno progresista. Estas fuentes coincidieron con Carod y Saura al asegurar que la concreción del acuerdo debe ser "rápida", y que en ningún caso puede demorarse tanto como en 2003. La constitución del tripartito de Maragall se prolongó, entonces, hasta cuatro semanas.

Pero la incorporación del líder republicano al Gobierno no fue el único punto de la negociación de ayer. Montilla, Saura y Carod pusieron su empeño en cerrar el protocolo de entendimiento y toma de decisiones en el Ejecutivo catalán para evitar los reiterados incidentes que en este sentido ha tenido el Ejecutivo de Maragall.

La importancia de este protocolo recae en el hecho de que los tres partidos quieren dejar atrás los momentos más negros del anterior tripartito, en el que muchos episodios evidenciaron la falta de cohesión interna y desembocaron en riñas públicas. Ahora todos hablan de un Gobierno de "entesa" o "entendimiento" de las izquierdas y no de un Gobierno tripartito.

Más allá de estas disquisiciones semánticas, el protocolo establecerá un método para gestionar las discrepancias y recordará que en un Gobierno todos los consejeros son corresponsables de las decisiones tomadas por el conjunto de los consejeros sea cual sea su formación política. La segunda fase de las cuatro que tendrá la negociación será acordar las atribuciones concretas que tendrá cada uno de los departamentos de la Generalitat, y cómo se gestionan las áreas transversales, ahora muy centralizadas en el Departamento de Presidencia desde que Esquerra Republicana fuera expulsada del Ejecutivo en mayo y dejara vacantes hasta seis carteras.

En esta reedición del tripartito el Gobierno tendrá menos carteras para facilitar su acción cohesionada. De 15 departamentos que tenía en 2003, el Gobierno pasará a 13, varios de ellos dirigidos por independientes. Todavía no está claro el papel del líder de Iniciativa, Joan Saura, que aspira a una segunda vicepresidencia. En cualquier caso, Saura será el responsable de desarrollar en nuevo Estatuto, aclararon fuentes de los negociadores.

Otra novedad será la organización de los departamentos. Para evitar la compartimentación del Gobierno, todos los departamentos tendrán una estructura en la que el consejero será de un partido, pero los cargos intermedios podrán ser de otro. Esta práctica ya se puso en práctica en algunos departamentos como Educación y Salud en la anterior legislatura, y surgió cierto efecto.

El secretario general de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, estará presente en el Ejecutivo y, con toda probabilidad ocupará el Departamento de Gobernación. En cualquier caso, la reducción del número de carteras obligará a que todos los partidos renuncien a algún puesto de responsabilidad que ostentaron en el pasado.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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