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Reportaje:

Directores de cine por un día

Un grupo de chavales graba sus propias cintas asesorado por profesionales dentro del certamen de cine para la infancia

A pesar de ser uno de los jóvenes cineastas españoles, Daniel Calparsoro (Barcelona, 1968) dobla en edad al equipo con el que recientemente ha grabado el cortometraje Stoy arto. Claro que no se trata de un equipo convencional. El pasado lunes, el director de Ausentes, Guerreros o Asfalto asesoró a un grupo de adolescentes que se enfrentaba por vez primera a la tarea de hacer una película.

Los chicos, alumnos del instituto Las Américas de Parla enviaron a principio de curso un mini-guión al III Festival Internacional de Cine para la Infancia y la Juventud (FICI). Su historia fue seleccionada y, por tanto, el festival puso a su disposición los medios necesarios para grabarla: cámaras, personal técnico, estudios de montaje, de sonorización... Todo lo necesario para que los chavales puedan ver su historia convertida en cine.

Lo que no se esperaban era que un director reconocido como Calparsoro iba a ir a su instituto, orientara previamente su trabajo o les diera algunos consejos sobre la marcha el mismo día del rodaje.

Los chavales han vivido el tú a tú con el cineasta como un sueño. "Ha sido perfecto", sentencia conciso y contundente Miguel Ángel, el director de actores de la cinta. Como el resto de sus compañeros, Miguel Ángel es alumno de primero de Bachillerato y ha elegido como optativa la asignatura Comunicación Audiovisual.

Rodrigo tiene 17 años, realizó la función de director de fotografía y condensa en un "aprender todo", la experiencia. Utiliza una metáfora para resumir el rodaje bajo la mirada de Calparsoro; "Sentí que me tiraba a la piscina sin saber nadar y aprendía de golpe".

Pero también el veterano tiene palabras halagüeñas para los neófitos: "Ha sido muy estimulante trabajar con ellos". De todo el proceso creativo, Calparsoro destaca ("me gustó mucho") un aspecto en el que él no intervino: el guión.

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Stoy arto habla de un asunto de actualidad: el acoso escolar y utiliza una estructura narrativa de flashback para hablar del infierno que vive un joven cuyo final es el suicidio.

Ésa es la principal seña de identidad del cine que reúne este festival internacional; que los espectadores puedan identificarse o reconocerse en las situaciones que se muestran en la pantalla; en definitiva, que sea un cine que les hable de ellos mismos.

Para ello, el productor José María Lara (El cielo gira), al frente de la Asociación Tambor de Hojalata, puso en marcha hace ahora dos años un certamen que bucea por la producción internacional más ajena a los circuitos comerciales para reunir cintas que interesen al público de menos edad con un cine de alta calidad artística. Como en años anteriores, en un primer vistazo al programa, llama la atención la originalidad de las historias, que poco o nada tienen que ver con las que se cuentan en el cine comercial.

En esta edición, que tiene un presupuesto de 140.000 euros, provenientes de las tres administraciones, se presentan 55 cintas, 33 de ellas largometrajes. Animación, documentales y una retrospectiva sobre cine de la República de Estonia son otros apartados.

Los pases se realizarán, del 13 al 20 de este mes, en los cines Dreams Palacio de Hielo (Silvano, 77), en pases matinales (para grupos) y de tarde, en sesiones abiertas. Las cintas se exhiben en idioma original, pero con un servicio de traducción simultánea en la sala. El día 19 se proyectarán los siete cortos grabados por los chavales. (Más información en www.fici.info)

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