Arte y memoria de la basura
Daniel Canogar dirige un taller donde reflexiona sobre los residuos de Madrid
"El artista de alguna manera siempre está reciclando cosas", dice el videoartista Daniel Canogar, pero con todo el extenso paisaje de desechos en Madrid, hay material para que los artistas locales se especialicen en el residuo. "Crece el interés por el material de desecho, es gratuito y accesible", asegura, y esto se ha puesto de manifiesto en todas las iniciativas de la edición de 2006 del festival Basurama (www.basurama.org).
Precisamente el taller que ha dirigido Canogar Basura, paisaje y memoria, y que ha cerrado el festival, se ha centrado en el paisaje creado en Madrid por la basura, con la realización de un safari de exploración artística por lugares de residuos urbanos y ejercicios de reutilización de objetos.
Los 14 participantes (arquitectos, artistas visuales, un experto ambiental, una psicóloga...) han filmado, tomado fotografías e iniciado proyectos que invadirán todos los espacios (incluidos escaleras, pasillos y lavabos) de La Casa Encendida (www.lacasaencendida.com) el próximo 2 de diciembre. "Hemos debatido sobre el mundo del exceso del consumo y lo que pueden hacer los artistas con ese material. En algunas ciudades se han firmado convenios con ayuntamientos y centros de recogida de basuras para que haya lugares donde los creadores accedan a un material cuyo reciclaje es valioso. En Nueva York ya hay un programa sobre esto", cuenta Canogar.
"El proyecto de centro de producción de arte del Matadero de Legazpi aún está verde, pero sería un buen lugar para montar un espacio del residuo", añade el artista, vicepresidente de AVAM (Artistas Visuales Asociados de Madrid), cuyos componentes ya han presentado esta propuesta al Ayuntamiento de la capital.
Pero mientras iniciativas similares a la de Nueva York se hacen realidad en Madrid los componentes del taller han reflexionado como ciudadanos. En esta página y se incluyen algunas de sus sensaciones, expresadas en imágenes y textos.
Por su parte, los arquitectos y estudiantes componentes del colectivo Basurama coinciden en "hacer algo positivo y creativo" con la saturación de desechos y el desorden urbanístico.
Así ven su exploración por el paisaje de la basura: "La ciudad contemporánea no es capaz de controlar su ritmo de crecimiento y consumo. A falta de una mejor planificación y de una política territorial global, parte de los procesos de gestión de residuos se escapan a lugares de la periferia. Emergen así paisajes ocultos aparentemente surgidos por generación espontánea. Sin embargo, bajo un examen más profundo, nos revelan un complejo sistema de agentes y relaciones. Panoramas un tanto desalentadores y a la vez fascinantes. Desalentadores por la falta de expectativas de cambio; fascinantes por ser tan invisibles a pesar de su impacto y sus dimensiones".
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