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Goran Paskaljevic: "La vuelta al pasado es algo enfermizo"

El realizador serbio de 'Optimistas' se basó en el 'Cándido' de Voltaire

Una botella de tequila compartida con algunos de los que le acompañaron durante varios días por la Semana Internacional de Cine de Valladolid, sirvió al director de cine Goran Paskaljevic y a su equipo para celebrar la doble victoria en el certamen: por un lado, a la película, Optimistas, y por otro, al protagonista de la misma, Lazar Ritovski. El director serbio dijo que siempre estuvo "seguro de que el actor principal de esta obra se llevaría un premio", aunque le cabían serias dudas de que su filme mereciera la Espiga de Oro del festival vallisoletano, que acaba de cumplir 51 años.

Sin embargo, Optimistas logró encandilar al jurado gracias a sus cinco historias inconexas pero enlazadas entre sí con maestría a través del personaje principal interpretado por Ritovski, y cuya trama se asienta en la obra Cándido de Voltaire. Cuando el director hizo la adaptación del texto clásico, prefirió ubicar la acción en su Serbia natal, convertida durante un tiempo en un "rehén de aquellos que la habían sometido a 10 años de sangrientas luchas", lo que no impedía que allí todo discurriera "como si nada hubiese pasado. Los ideales se olvidaron y los políticos empezaron a difundir falsas esperanzas. Así fue como decidí tratar en el cine el tema del falso optimismo".

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Un diagnóstico moral

Los problemas políticos de su país han sido una constante de la carrera cinematográfica de Goran Paskaljevic (Belgrado, 1947), gracias a la cual se ha consagrado como uno de los cineastas comprometidos con la problemática social, a pesar de las dificultades que pueden llegar a afectar la carrera de quien toma posición. "Aunque hoy día la vida ya no peligra si te atreves a criticar a políticos de alto nivel, pero cuando lo haces puedes tener muchos problemas en tu trabajo".

A pesar de los riesgos, su faceta de activista le hizo tomar parte en la campaña política de 2004 en contra del ex presidente Milosevic cuando éste aún estaba en el poder. Incluso en "contra de mis convicciones" decidió sumergirse en el mundo de la política ya que "me pareció muy importante ayudar a establecer la democracia en Kosovo. Pero hoy observo que, desgraciadamente, las fuerzas ultranacionalistas y los partidarios de Milosevic vuelven". Con cierto fatalismo, el director cree que esta "vuelta al pasado es algo enfermizo".

Tras su paso fugaz por la política activa, Goran sigue siendo crítico con los dirigentes de los partidos, de los que dice que "siempre trabajan por su propio interés y, por tanto, no hay que hacerse muchas ilusiones", además de saber distinguir muy bien la labor de un cineasta de la de un político: "Los artistas estamos aquí, y nuestro deber no es hacer política directa, sino intentar corregir sus pensamientos".

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