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Jeremy Irons se confiesa

"Prefiero los papeles que exploran la otra cara de la luna. Ésa es mi reputación actual, la de maestro para interpretar a los más raros". Así se expresa en una entrevista publicada en la revista Gentleman del mes de noviembre el actor británico de 58 años Jeremy Irons, a quien los cinéfilos esperan con ansiedad en Inland Empire, la nueva y extravagante película de David Lynch, estrenada en el pasado Festival de Venecia. Interpreta también a un personaje en Eragon, una fantasía en la senda de El señor de los anillos, que estará en las pantallas españolas en diciembre. Propietario de Kilcoe, un castillo en el suroeste de Irlanda, donde reside de forma habitual -"un lugar muy tranquilo de muros gruesos y rodeado por el mar donde lo único que se escucha es el viento"-, Irons se regodea en una especie de retiro voluntario que se impone a sí mismo cuando no está ante las cámaras. Escéptico, lúcido e irónico, tiene vida privada (y dos hijos de 28 y 21 años fruto de su largo matrimonio con la también actriz Sinead Cusak); huye de los estereotipos y defiende la permanencia a una cierta distancia de la fama: "Siempre me siento a punto de ser una gran estrella, y sigo en ese momento. ¿No le parece increíble?", concluye.

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