Los otros cementerios
Las confesiones no católicas optan de forma mayoritaria por el traslado de los fallecidos a sus lugares de origen
El aumento de la inmigración, con la llegada de ciudadanos de otras confesiones religiosas, y las nuevas tendencias funerarias partidarias de la incineración han motivado que los gestores del cementerio de Derio se estén replanteando un nuevo modelo de necropólis. En breve comenzará el vaciado de fosas en un área de 40.000 metros cuadrados que, en un futuro no lejano, podría ubicar un Jardín de las Cenizas y hasta camposantos específicos para musulmanes o budistas, si existiese suficiente demanda.
"Sé que la comunidad musulmana de Bilbao ha hecho gestiones cerca del Ayuntamiento para ese fin, pero no hay nada definitivo" asegura el gerente de la empresa municipal Sociedad de Servicios Funerarios, Juan Felix Madariaga. "El problema puede ser que, al igual que en Jerez, Sevilla o Córdoba, el número de enterramientos sea mínimo y no resulte rentable semejante inversión".
"El 50% opta por la incineración por lo que estaría bien crear un Jardín de las Cenizas"
En esas ciudades andaluzas se habilitó terreno específico e instalaciones apropiadas para tal menester, pero finalmente no se registran más que dos o tres enterramientos anuales. La razón es que los musulmanes que viven en España prefieren trasladar los cadáveres de sus familiares fallecidos a sus lugares de origen para garantizarse que los ritos a que obliga su religión respecto a la limpieza, unción, oración y sepultura se van a realizar de manera escrupulosa. Una operación de traslado de este tipo puede llegar a costar más de 3.000 euros.
Otro tanto ocurre con los miembros de la comunidad budista, que envían las cenizas de sus deudos a China, para que reposen en la tierra de sus ancestros. "En el cementerio de Vista Alegre solo hay dos chinos enterrados: uno en nicho y otro en urna", apunta Madariaga.
Las confesiones cristianas denominadas genéricamente "protestantes" parecen tener menos problemas a la hora de enterrar a sus muertos en suelo católico, como asegura el gerente de la sociedad funeraria: "De hecho, hay enterrados numerosos miembros de etnia gitana que suelen pertenecer a confesiones evangélicas, como la Iglesia de Filadelfia".
Los únicos camposantos diferenciados serían, pues, el Cementerio Civil, que ocupa 500 metros cuadrados de Vista Alegre y cuya tierra se supone que no está bendecida, y el Cementerio Británico, ubicado en terrenos de Asua, y que es utilizado por la Iglesia Anglicana. "Ahora, apenas hay enterramientos porque los miembros de la comunidad prefieren trasladar el cadáver a Inglaterra", confiesa el reverendo Alberto Sanchez, que recuerda a los 63 combatientes de las dos guerras mundiales de países de la Commonwealth que se encuentran allí enterrados.
La actual tendencia en las necrópolis pasa por seguir el modelo americano, con una rotación de las tumbas cada diez años, propiciando espacios abiertos y simétricos, y habilitar un lugar específico para prestar servicio a quienes optan por la incineración. "El 50% de las personas opta por la incineración, por lo que estaría bien crear un Jardín de las Cenizas como existe en otros cementerios, con jardines, bosques y estanques donde esparcir los restos y lugares donde instalar las urnas y las placas conmemorativas", apunta Madariaga.
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