El fundador de DeCode acusa al ex vicepresidente de juego sucio
La salida de Hakon Hakonarson de la empresa islandesa DeCode Genetics ha terminado en los tribunales. Kari Stefansson, el fundador y presidente de la empresa que obtuvo el primer permiso del un Gobierno (el islandés) para utilizar datos genéticos de la población para investigación y posibles terapias, acusa a su ex vicepresidente de pasarse a una iniciativa que le va a hacer la competencia y de llevarse datos de la empresa. Hakonarson dirige desde antes del verano el nuevo Centro de Genética Aplicada del Children's Hospital de Filadelfia. En junio, Stefansson le demandó, a él y a otros cuatro antiguos empleados de DeCode. En las últimas semanas se ha visto la demanda en un tribunal de la ciudad norteamericana, informa The Scientist, y la vista se reanudará este mes. Hakonarson ha asegurado ante el juez que la exagerada reserva de Stefansson respecto a la información genética de que dispone su empresa ha impedido llegar a un mayor número de acuerdos con farmacéuticas interesadas.
Células madre
Otro tema que está en litigio en Estados Unidos es la patente de la Universidad de Wisconsin sobre células madre embrionarias humanas, que se aislaron por primera vez en esa universidad, y las técnicas para cultivarlas. La Oficina de Patentes de ese país ha aceptado revisar la patente a petición de varios centros de investigación y organizaciones sin ánimo de lucro. La mayoría son de California, un Estado que ha hecho una gran apuesta por la investigación con células madre. Una fundación de la citada universidad tiene la patente sobre todas las células madre embrionarias humanas, independientemente de su origen, y sobre algunas técnicas, las utilizadas por James Thomson y su equipo en 1998 para aislarlas.
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