Nueva tecnología electoral
El escándalo de los votos irregulares de Florida en 2000 pesa sobre los comicios
A las legislativas del 7 de noviembre se llega con una importante renovación tecnológica en los sistemas de votación en EE UU. "La tercera parte del electorado usará nuevos equipos en 2006, y en muchos distritos ya ha habido renovación entre 2002 y 2004", según el presidente de la autoridad electoral norteamericana, Paul DeGregorio.
La renovación depende de cada Estado y de cada distrito, y ha abierto un debate sobre la fiabilidad de los diversos sistemas. Algunas de las nuevas máquinas no garantizan resguardo en papel, a pesar de lo dispuesto en la ley. En la memoria de todos están los 37 días del año 2000 en los que las peripecias legales y políticas de los votos irregulares de Florida desembocaron en una victoria de George W. Bush después de la decisión del Tribunal Supremo.
Según una encuesta, un 25% de los electores desconfía de votaciones y recuentos
Precisamente después de Florida se produjo el gran esfuerzo de renovación, que desembocó en una ley de 2002 que exige que "todos los sistemas deben dejar constancia en papel del voto emitido, capaz de ser utilizado en recuentos manuales", según Bryan Whitener, de la Comisión de Asistencia Electoral, que añade: "Aproximadamente el 41% de los votantes registrados usarán máquinas electrónicas, que son, en la mayoría de los casos, de las que hay que tocar la pantalla; el 42% usarán sistemas de escaneado óptico. En total, el 83% de los votantes usarán papeletas emitidas o tabuladas electrónicamente".
En un porcentaje inferior a la cuarta parte de los distritos electorales los votantes emplearán el tradicional sistema de papeleta (que puede tabularse de manera electrónica). Globalmente, según DeGregorio, la renovación electrónica llegará a más del 63% de electores. La mayoría de las máquinas cuentan votos y son capaces de imprimir resguardos, pero hay otras que no dejan ninguna prueba material de la decisión. Estas son las que han sembrado dudas, sobre todo después de los problemas planteados en las primarias de los últimos meses y en donde se han puesto a prueba las nuevas tecnologías. Kimball Brace, director de la consultora US Election Data Services, ha declarado a la prensa que "cada vez que se usa nuevo equipamiento electoral surgen problemas".
La intranquilidad se acentuó hace un mes con las denuncias del profesor de Princeton Eduard Felten, que demostró ante una comisión del Congreso la facilidad con la que pudo piratear una de estas máquinas y cambiar los resultados. DeGregorio ha restado importancia a este episodio.
Un ejército de expertos, abogados y observadores de ambos partidos seguirán muy de cerca todos los movimientos, en especial los de los Estados más reñidos. Además de los distritos que estrenan nuevos equipos y de la renovación electrónica, con y sin papel, también hay novedades sobre la documentación para registrarse en las listas y para ejercer el voto: hasta 12 Estados han cambiado las normas para las identificaciones válidas. En total, 1,2 millones de personas han recibido cursos de formación. Candice Hoke, directora del Centro para la Integridad Electoral de la Universidad de Cleveland, dice en Usa Today que, después de lo ocurrido en Florida, "se perdió la confianza en la legitimidad del sistema", y por eso los miles de empleados, políticos y abogados de ambos partidos, al acecho para denunciar cualquier irregularidad que se detecte. Hoke trabaja en Ohio, uno de los Estados clave en 2004 y en donde algunos votantes demócratas protestaron por las colas organizadas en ciertos distritos.
Una encuesta Usa Today / Gallup revela la inseguridad entre los votantes, con un 25% de desconfianza sobre votaciones y recuentos. Respecto a la tecnología, gana el voto electrónico sobre el papel, con un 46% de entusiastas de esta técnica frente al 38% que cree que el papel es todavía la opción más adecuada.
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