La fábrica que no para
Ex pilotos y técnicos atribuyen el éxito del motociclismo español a la formación y tutela de jóvenes pilotos desde hace años
Probablemente, Luka Nedog no será nunca campeón del mundo de motociclismo. El piloto, nacido en Eslovenia hace 23 años, debutó en el campeonato del mundo hace tres, en el Gran Premio de la República Checa, donde llegó el último. Desde entonces no ha vuelto a disputar prueba mundialista alguna. En el Automotodrom de Brno percibió Nedog que, si hay algún deporte donde los eslovenos destaquen no es el motociclismo. No hay posibilidad alguna en Eslovenia de que los motociclistas puedan foguearse y comenzar a experimentar situaciones de competencia deportiva que haga brotar el instinto de competitividad necesario para lograr cualquier meta deportiva. En España los hay a mares desde hace años, y prueba de ello es la generación de pilotos que, con Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y Álvaro Bautista a la cabeza, suman cinco títulos mundiales y sitúan al motociclismo español como el más sólido y prometedor del panorama mundial.
"Casi todos los españoles del Mundial han salido de las copas de promoción", dicen los técnicos
"Ya hace más de veinte años", explica Jorge Martínez Aspar, cuatro veces campeón del mundo de 80 y 125cc, "aparecieron las primeras fórmulas de promoción en España. De hecho, [Sito] Pons, [Joan] Garriga, [Carlos] Cardús y yo, venimos de estos campeonatos. Entonces existían la Copa Streaker [Bultaco] y la Copa Crono [Montesa]". Veinte años después se buscan nuevos talentos en la Copa Aprilia, Derbi, Bancaja o la Metrakit, entre otros certámenes. Pero fue la creada por Movistar la que, en 1999, puso en boca de todos los moteros a un retaco de 14 años muy decidido y con cara de pícaro. Siete años después de las pruebas, realizadas en el circuito de Jerez, Dani Pedrosa es tricampeón del mundo y el pasado domingo Jorge Lorenzo personificó el trigésimo título mundial del motociclismo español. Ayer fue homenajeado multitudinariamente a su llegada a Palma de Mallorca.
"Ocurre que ahora estamos frente a una generación de pilotos que es el fruto de un trabajo de mucho tiempo", asegura Emilio Alzamora, ex campeón del mundo en 125cc y director deportivo de Monlau Competició, un grupo escolar que tiene una división dedicada a la formación de técnicos de competición y que, a su vez, actúa paralelamente como escuela de pilotos. "En España tenemos la suerte de que las instituciones y distintas federaciones tratan la formación de base con mucho esmero. La fábrica no para y, si todo sigue igual, irán saliendo pilotos sin parar", convence Alzamora que, desde su cargo, está muy al tanto de la progresión que sigue el equipo Monlau en el Campeonato de España.
De estas fórmulas han salido pilotos como Marc Márquez, un pequeño prodigio de 13 años que ya es bicampeón de Cataluña. Toni Calvo es el coordinador de la MotoGP Academy, la última novedad en este tipo de certámenes. "Se trata de un equipo de seis pilotos de distintas nacionalidades que hemos elegido en función de su potencial", explica este técnico que acumula una dilatada experiencia debido a su vinculación directa en la organización de la Movistar Activa. "La práctica totalidad de los pilotos españoles que hoy compiten en el Mundial han salido de alguna de estas copas", asegura. Y argumenta el porqué de la proliferación de talentos españoles: "Se ha llegado a un punto en el que las familias pueden elegir en qué tipo de campeonato van a inscribir a sus hijos. En algunos deben desembolsar mayor cantidad de dinero que en otros, mientras que también los hay a nivel regional o a nivel nacional". Calvo conoce a la perfección todo el proceso que debe dibujar un joven corredor antes de llegar a subirse a una moto de gran premio. Pero siempre desde la vertiente organizativa. Raúl Jara, director deportivo de esta academia, da fe de ello a partir de su experiencia directa. Amigo íntimo de Dani Pedrosa, a quien conoció el día en que ambos se subieron a una Aprilia y fueron seleccionados para correr, Jara observa claras diferencias entre el certamen en el que comenzó a curtirse y los que hay hoy en día. "Allí éramos 20 pilotos, mientras que aquí son sólo seis. Además, la atención es mucho más individualizada y diversa. Nos encargamos de distintos aspectos, no sólo del pilotaje. Queremos formar personas, que sepan manejarse por un paddock pero también al salir de él", asevera Jara. "Aquello era bueno porque ofrecía, de forma gratuita, una oportunidad de salir adelante con las motos", cierra el ex piloto.
Una vez superado el primer escollo en este colegio para jóvenes moteros, los más calificados llegan al Campeonato de España de Velocidad (Cev) que, por la calidad de sus participantes, se ha convertido en la mejor antesala para foguearse previa al salto definitivo al campeonato del mundo, donde rivalizan los mejores especialistas llegados de todo el globo.
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