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El centro cultural Octubre se abre a los movimientos emergentes

Uno de los inmuebles con mayor tradición y solera de la Valencia comercial, los antiguos almacenes El Siglo, volverá a inaugurarse mañana oficialmente, tras un largo y complicado trabajo de rehabilitación, bajo el nombre de Octubre Centre de Cultura Contemporània (OCCC). "Este edificio lo ofrecemos a toda la ciudad y a todos los movimientos emergentes", señaló ayer Eliseu Climent, presidente de Acció Cultural del País Valencià y promotor del proyecto.

Dos de los cuatro congresos que hoy concluyen de la semana de los Premis Octubre se han estado celebrando en esta "muestra única de arquitectura del hierro que hay en Valencia", en palabras del arquitecto coordinador de la intervención, Carles Dolç. En la planta baja se ha instalado una "plaza pública", alrededor de un patio tapado, que da acceso a la librería Tres i Quatre y a una cafetería. Se ha creado también una terraza con espléndidas vistas al centro histórico de la ciudad.

En la visita guiada, Climent indicó que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha excusado su ausencia para el acto inaugural de mañana, pero ha felicitado "a los promotores por el proyecto". El iluminador Maurici Ginés destacó que la luz "interactuará" con el viento y la escultura de 20 metros de Andreu Alfaro que colgará del patio.

En las sesiones de ayer se abordaron diversas cuestiones. En el Congrés de Pensament se analizó el fenómeno del anticatalanismo. El historiador Antoni Simón explicó que el fenómeno procede de la Edad Media y creció con la aparición de la imprenta y que en la guerra de Sucesión se "rompieron los lazos que nunca más han vuelto a estrecharse", según las notas de la organización.

El periodista y escritor Francesc Viadel sostuvo que en "el País Valenciano se silencian los valores culturales más importantes" y señaló que la "izquierda ha callado como esperando que con el paso de los años la tormenta escampe". Incidió en que desde Teodoro Llorente la aspiración de los valencianos ha sido defender el interés de España.

'Catalanofobia'

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El jurista Jaume Renyer diferenció entre "el anticatalanismo como hecho político y la catalanofobia como fenómeno etnosiquiátrico". El primero entronca con la defensa del estado-nación español y la resistencia a reconocer la nacionalidad catalana, y el segundo es más bien xenofobia, "como se ha visto en la OPA de Gas Natural sobre Endesa", recogen las notas.

Por último, el escritor y delegado de La Vanguardia en Madrid, Enric Juliana, explicó que Madrid y su área metropolitana es uno de los centros más potentes de Europa, al nivel de Londres y por delante de París. A su juicio, el anticatalanismo de los dos últimos años pasará, porque las nuevas clases populares han sido educadas en la escuela y sirven de parachoques. Negó, además, la existencia de catalanofobia y aseguró que ni la actual generación ni las posteriores verán el estado-nación catalán.

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