El Ayuntamiento de Tarragona adjudicó un aparcamiento a Sistemas Alem sin contrastar su solvencia
El Ayuntamiento de Tarragona se guió más por el prestigio de Sistemas Alem, la adjudicataria del aparcamiento inteligente Jaume I, que por su solvencia, admitió ayer el alcalde, el convergente Joan Miquel Nadal. Este aparcamiento, todavía en obras, fue presupuestado en cuatro millones de euros en 2001 y su coste se ha disparado como mínimo hasta 12, según admite el consistorio, aunque en un acta de marzo de la unión de empresas que ha tutelado la obra lo cifra en 16. Esta unión de empresas la forman Aparcaments Municipals de Tarragona (AMT) en un 51% y el resto corresponde a Sistemas Alem, firma de ingeniería que pretendía instalar su sistema robotizado para aparcamientos y que está en situación de quiebra, de la que culpa al consistorio.
Nadal contraatacó ayer asegurando que el Ayuntamiento recurrirá a un tribunal de arbitraje para exigir daños y perjuicios a Sistemas Alem por incumplimiento de contrato. El Ayuntamiento acusa a la empresa a haber abandonado la obra por no disponer de capacidad financiera, mientras que esta firma asegura que ha sido el consistorio el que les ha impedido entrar a trabajar desde el pasado verano.
En cualquier caso, pese a que en las bases de la adjudicación se especifica que el Ayuntamiento debe adjudicar la obra a una empresa solvente, el alcalde dejó claro ayer que el consistorio no se interesó por la capacidad financiera de Sistemas Alem y se guió por su "prestigio", así como por la patente de un sistema robotizado que permite ahorrar espacio y apilar los vehículos en plataformas automáticas. En las bases también se señala que el Ayuntamiento no financiará ni avalará las obras, aunque Sistemas Alem contrató con una de las mayores cajas de ahorro un crédito de dos millones en mayo de 2003 -que más adelante amplió en 800.000 euros- en el que como fiadores firmaron responsables de la empresa municipal AMT.
Este dinero sirvió para financiar la obra civil del aparcamiento, que ha llevado a cabo la empresa Lubasa, a la que el Ayuntamiento no hace responsable del retraso de la obra. Nadal cargó ayer toda la responsabilidad del retraso de unas obras que comenzaron en 2002 a un "problema empresarial" de Sistemas Alem. "No han sido capaces de asumir su responsabilidad. Estábamos convencidos de que podían hacer frente a su 49%", dijo el alcalde.
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