Se busca

Se busca político/a socialista con años de experiencia, curtido en la vida política pero no maleado. Se busca político/a vocacional cuya ambición política esté en el día a día y no en el puesto que anhela para el mañana. Se busca político/a que no esté interesado en la presidencia del gobierno. Se busca mujer y hombre con las espaldas muy anchas, que sepa tanto recibir a un mandatario extranjero como fascinarse paseando entre las prodigiosas piezas de carne de vaca que cuelgan en los techos de las naves de Mercamadrid. En cuanto a su preparación académica, sería tranquilizador (nunca está de más por si al candidato le quieren humillar en alguna entrevista) que tuviera algún tipo de logro académico, pero no es indispensable. Más bien apreciamos el talento que tenga dicho político/a para rodearse de un equipo de técnicos competentes que puedan suplir sus carencias. Así ha sido siempre. Se busca político de raza, que haga del puesto que queremos proponerle el objetivo absoluto de su vida. Buscamos político/a educado, de aquellos que echan mano de la ironía y la experiencia para polemizar con el adversario. Se busca político/a honrado, poco dado a la recalificación. Se busca alguien apasionado por esta gran ciudad. No es imprescindible que haya nacido aquí, de hecho casi nadie ha nacido aquí. El votante no le va a exigir credenciales de tipo identitario, pero lógicamente la falta de requerimientos de tipo tradicionalista -no se exigen apellidos históricos, comer todos los viernes cocidito madrileño, saberse "estaba el señor don Gato sentadito en su tejado", vestirse de chulapo/a para las fiestas de San Lorenzo, San Cayetano y la Paloma o bailar el chotis sobre un ladrillo- deben compensarse con una vocación de servicio a esta castigada ciudadanía, que a día de hoy no puede entender que entre todos los políticos que medran, manejan y aspiran a algo no haya uno/a cuyo sueño sea ser candidato socialista a la alcaldía de Madrid. Entendemos que lo que ofrecemos nosotros es un chollo: queremos un candidato/a que, libre de tener que demostrar que es más de la tierra que nadie y libre de engordar el orgullo patrio del votante, se dedique a practicar una política progresista sin adjetivos. ¡Pero si es una perita en dulce!