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Unas obras dejan sin comisaría a 90 policías de la estación de Atocha

Un sindicato critica la falta de seguridad de un área por la que pasan miles de personas

F. Javier Barroso

Uno de los centros neurálgicos de transportes de la ciudad, la estación de Atocha, se quedó la semana pasada sin comisaría del Cuerpo Nacional de Policía. Unos 90 agentes están desde entonces sin un sitio adecuado donde hacer su trabajo, según ha denunciado el sindicato Unión Federal de la Policía (UFP). Los funcionarios carecen de teléfonos, ordenadores y calabozos. Tan sólo disponen de un reducido espacio de ocho metros cuadrados para guardar sus pertenencias. Eso puede motivar, según el sindicato, un repunte en la delincuencia, ya que los agentes van de paisano.

La estación de Atocha, víctima de los atentados del 11-M, recibe cada día una media de un millón de viajeros. Esto se traduce en gran afluencia de amantes de lo ajeno, como carteristas y descuideros. Además, al ser una artería fundamental de transportes, debe ser un punto neurálgico de vigilancia por parte del Cuerpo Nacional de Policía. Sin embargo, las condiciones en las que prestan sus servicios los agentes de la comisaría de la estación de Atocha sufre, hoy por hoy, bastantes dificultades, según la UFP.

La semana pasada se presentó un grupo de obreros en la antigua comisaría y comenzaron las obras. Eso motivó que los funcionarios tuvieran que marcharse a unas exiguas dependencias de ocho metros cuadrados. En ellas, los agentes tienen muchas dificultades para cambiarse, por lo que muchos han decidido directamente patrullar de paisano. Eso supone que los agentes pasan inadvertidos para los viajeros. Y para los delincuentes. "Con anterioridad, los funcionarios realizaban su servicio de una forma combinada, uniformada y de paisano. Ahora, al no tener donde cambiarse, la realizan solamente de paisano. De esa forma, dejan a un lado la labor primordial de la policía: la prevención", critica Emilio Martín Dueñas, secretario de Acción Sindical de UFP en Madrid.

50 denuncias diarias

El nuevo cubículo no reúne las mínimas condiciones para atender a los agentes que están destinados en la estación. Carece, en primer lugar, de teléfono. Tampoco cuenta con ordenadores, por lo que los policías no pueden realizar convenientemente su labor policial. Eso supone, además, que no pueden coger denuncias. La estación recibe una media de 50 denuncias diarias de viajeros. Ahora, éstos tienen que acudir a otras comisarías. Las más cercanas son Retiro y en Arganzuela.

El segundo problema que han originado las obras es que los agentes no pueden consultar siquiera los antecedentes policiales de los posibles detenidos. Tampoco pueden cotejar si alguna persona identificada en la estación tiene pendiente una orden de búsqueda y detención o si está requerido por algún juzgado de España.

Otro problema añadido es que la nueva dependencia policial tampoco dispone de calabozos. Cuando los agentes detienen a alguien, deben avisar a las comisaría cercanas para que les envíen un coche patrulla. Así, el arrestado puede ser trasladado a otra dependencia más adecuada.

La UFP asegura que el problema "se veía venir" y que ningún responsable de la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha puesto los medios para evitarlo. "Una vez más, se echa en falta la falta de previsión por parte de los responsables de la Jefatura por no mantener todos los servicios policiales en un centro neurálgico de la capital, como es la estación de Atocha, y que desgraciadamente ha sido noticia con aspectos relacionados con la seguridad", insiste Martín Dueñas.

El responsable de la UFP añade que, para evitar mayores problemas a los ciudadanos, se podrían instalar de manera provisional oficinas de denuncias móviles en la entrada de la estación. De esta forma, se evitaría que tuvieran que ir hasta las comisarías de Retiro y Arganzuela.

"Todo esto hace poner en duda la profesionalidad de algunos responsables de la Jefatura. Parece que se busque que el Gobierno actual fracase en seguridad", concluye Martín Dueñas.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía respondieron al responsable de la UFP que las obras de la nueva comisaría "llevarán un tiempo", pero que se están tomando medidas para evitar perjuicios a los ciudadanos y a los funcionarios que prestan en ella su trabajo.

Una portavoz destacó que ya se han instalado taquillas en las estaciones de Nuevos Ministerios y Recoletos, entre otras, para que los policías se puedan cambiar de uniforme. "Oficialmente, no tenemos noticias de que los policías no vayan de uniforme. Todo está funcionando como siempre", comentó la portavoz.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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