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La situación de Marbella

Roca forzó a Yagüe a inflar en 25 millones los presupuestos de Marbella de 2005

El vicepresidente de los Urbanizadores, Arturo Moya, participó en la operación de maquillaje

Javier Martín-Arroyo

El supuesto cerebro de la red de corrupción y ex asesor de Urbanismo de Marbella, Juan Antonio Roca, impuso en abril de 2005 a la ex alcaldesa, Marisol Yagüe, que inflara en 25 millones de euros la previsión de ingresos de los presupuestos municipales del pasado año. De esta manera se lograban justificar gastos desmesurados en contra de la previsión del Patronato de Recaudación. Arturo Moya, entonces coordinador del Plan General y actual vicepresidente de la Federación Andaluza de Urbanizadores, informó favorablemente a Yagüe sobre parte de esta operación de maquillaje financiero.

Roca rechazó las certeras previsiones de los técnicos municipales, que fijaban unos ingresos de 105 millones, para lograr aumentar el gasto hasta los 130 millones. La diferencia entre los ingresos reales y los gastos finales ha hecho que el Ayuntamiento acumule una deuda superior a los 450 millones.

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En la reunión para discutir los presupuestos de 2005, la primavera del año pasado, Roca llevaba la voz cantante, a pesar de que Yagüe presidía el encuentro. Asistieron todos los concejales, el ex coordinador de Hacienda, Antonio Becerra, y el interventor, Juan Antonio Castro.

En un momento de la reunión, Roca se sulfuró y gritó a los asistentes:

-"¿Pero por qué demonios ajustáis tanto las previsiones de ingreso?"

-"Son las previsiones de los técnicos del área de recaudación", le respondieron

-"Pues hay que cambiarlas", zanjó Roca.

Ante el tenso devenir de la reunión, el interventor, Juan Antonio Castro, solicitó a la ex alcaldesa un escrito que justificara "el incremento de la función liquidadora" para dar el visto bueno a tales actuaciones.

Dicho y hecho. Marisol Yagüe remitió una petición de información a Arturo Moya sobre un posible "incremento de ingresos". Moya respondió a Yagüe con una nota interior que supuestamente justificaba un aumento de 15 millones en los ingresos gracias a la actualización del catastro [nueve millones], que no se realiza desde hace más de dos décadas, y a la revisión del impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras [seis millones].

"Con la actuación del catastro puede generarse un sustancioso importe ante la gran cantidad de bienes inmuebles construidos en el extrarradio para los que el suelo no ha sido considerado como urbano", justificó Moya en el escrito. A continuación, la nota explicaba que el servicio de urbanismo "va a proceder a la inspección de calidades de materiales utilizados en la construcción de edificios. Las diferencias de calidades que se adviertan darán lugar a liquidaciones complementarias". Ninguna de dichas actuaciones se llevó finalmente a cabo.

Roca logró incluir entre las previsiones para el impuesto sobre construcciones otros cuatro millones más respecto a los seis millones ya propuestos por Moya como ingreso extra. El resto de los ingresos, hasta los 25 millones, se logró por incrementos en distintas tasas, como la de licencias urbanísticas, que se elevó un 400%.

Moya eludió ayer toda responsabilidad sobre la operación proyectada. "Me limité a decir cómo se podía sacar el dinero por esas dos vías, luego si no lo pusieron en marcha, era su problema". El ex coordinador del Plan General adujo que recibió órdenes de Yagüe: "Tenían un problema para recaudar. Mi recomendación era de premio Nobel, pero en un Ayuntamiento como aquél...".

Cuando la comisión gestora de Marbella encontró la nota interna de Moya a Yagüe pensó en un primer momento en aplicar la subida del impuesto de construcciones, instalaciones y obras a 70 licencias. Sin embargo, el tesorero advirtió al órgano de gobierno de que se trataba de valoraciones incluidas por los técnicos para elevar "artificialmente" la recaudación. "El informe presentaba errores de bulto y valoraciones arbitrarias, y por eso el tesorero lo rechazó", aclaró ayer el vocal de Urbanismo, Rafael Duarte.

Las desavenencias entre los concejales produjeron un anómalo retraso en la aprobación de los presupuestos de 2005 por parte del pleno, que no dio su visto bueno hasta después del verano. "Contablemente fue un caos y un trabajo de chinos elaborar el presupuesto con el año tan avanzado", explicó una fuente municipal.

Tras su llegada el pasado abril, la gestora debió enfrentarse al espejismo financiero creado por Roca. "Las previsiones de la anterior corporación municipal resultaron absolutamente ficticias, el incremento adicional es mentira, y al final no han pagado nada, claro", confirmó el vocal de Hacienda, Carlos Rubio, propuesto por el Partido Popular.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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