Tras el rey del castillo Disney

Disney ha tenido que vender su franquicia a Japón para conseguir que sus personajes triunfen en un videojuego. Square Enix, creadores de la aclamada saga Final Fantasy, tuvo la idea hace cinco años de mezclar su imaginación para crear mundos fantásticos e historias inolvidables con los personajes de Walt Disney. El resultado fue Kingdom Hearts, un juego para PlayStation 2 que encandiló a millones de jugadores.

Su secuela se ha hecho esperar cuatro años, pero ha permitido que se lance en España totalmente doblado y subtitulado, saboreando así hasta la última frase del intrincado argumento que protagonizan Sora y sus amigos.

Toca salvar de nuevo al Reino Mágico. La casualidad ha querido que Sora, Donald y Goofy compartan intereses y se unan en su búsqueda, pues ella debe rescatar a su amigo Riku y ellos al Rey Mickey, que al parecer han corrido suerte similar.

Todo empieza con el robo de unas fotos y palabras, lo que impide que nadie las pronuncie en Villa Crepúsculo. Roxas, de quien se tomará inicialmente el control, y sus compañeros deberán recuperarlas, ya que se les acusa de haber sido los ladrones. Tras los combates, y como si se tratara de una densa película de animación, cada poco tiempo hay escenas con diálogos entre los personajes que tejen el argumento y encauzan la historia de una forma muy cinematográfica, tirando de planos artísticos y acompañado por melodías que cumplen la función de banda sonora.

En cuanto Sora retoma el protagonismo es cuando vuelve la historia allí donde quedó en la primera entrega. Además de los personajes de Disney, Kingdom Hearts utiliza escenarios míticos de las películas que les lanzaron al estrellato. La melé de seres anime y clásicos se paseará en esta ocasión por los mundos de La Bella y la Bestia, El Rey León, Piratas del Caribe y Tron, además de los conocidos de la anterior entrega como La Sirenita, Aladin y Pesadilla antes de Navidad.

Pese a quedar patente que PlayStation 2 toca techo en esta entrega, la baja definición poligonal no resta belleza a la poética puesta en escena ideada por Square Enix. Además, la agilidad con la que se controla la acción, los infinitos efectos especiales a base de partículas para los hechizos y golpes clave, consiguen crear una atmósfera que sumerge al jugador en la aventura.

El sistema de combate es considerablemente más diligente ahora, así como el soporte que dan a Sora sus compañeros Donald y Goofy, que acudirán raudos a darle pociones de vida.

En cuanto la barra de energía lo permite, se combinan los poderes de los acompañantes con los de Sora, para convertirla en una máquina de matar sin límites por unos segundos con una llave espada en cada mano. Se mantiene el sistema de centrado de objetivo que permite concentrar los ataques hacia un enemigo concreto, al tiempo que coloca la cámara en el lugar idóneo.

Gracias al sistema de movimientos especiales que se ejecuta con el botón triángulo cuando el indicador aparece en pantalla, se consigue fintar, esquivar y efectuar espectaculares acciones para salir victoriosos de las contiendas. Las peleas pueden embellecerse haciendo uso de las magias Hielo, Cura, Pyro y Electro, así como invocando a personajes como Chicken Little, el Genio, Peter Pan o Stitch para que echen una mano.

El título peca de una linealidad descarada que es del agrado del público al que va dirigido, pese a ello los minijuegos añadidos para conseguir dinero aportan cierta sensación de libertad. En su línea, Kingdom Hearts 2 obtiene la máxima factura tanto en la forma como en el fondo, a lo que la localización no hace más que añadirle un acertado broche de oro.