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Los jueces archivan la causa por la muerte del tetrapléjico de Valladolid

La decisión tomada el pasado 23 de septiembre por el Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid de archivar las diligencias penales abiertas tras la muerte de Jorge León Escudero, se parece mucho a un carpetazo definitivo, aunque el acto judicial tenga carácter provisional. Se cierra también así la polémica suscitada en torno a este caso que tiene muchas similitudes con el del tetrapléjico Ramón Sampedro, cuya vida fue llevada al cine en Mar adentro.

Teresa Javato, la titular de dicho juzgado, decretó el mes pasado el archivo del expediente, al no encontrar indicios para identificar a la persona que presuntamente desconectó el respirador y ayudó a morir al tetrapléjico segoviano residente en Valladolid, quien se encontraba postrado en una silla de ruedas.

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Jorge León murió a los 53 años el 5 de mayo de 2006. El respirador le mantenía vivo sin su consentimiento y es probable que alguien lo desconectara. El hombre, tras lesionarse en un accidente doméstico al caerse de una barra fija en la que practicaba gimnasia, sólo podía mover los labios y necesitaba todo el día respiración artificial. Así llevaba seis años. Mantenía abierto un diario en Internet donde solicitaba que alguien le ayudara a terminar con sus sufrimientos. Su blog, firmado con el seudónimo de Lucas, era un alegato permanente del derecho a morir con dignidad, y había despertado la solidaridad de varias asociaciones que defienden este derecho.

Mucho antes, el 16 de enero de 2005, Jorge León había manifestado, en una carta a EL PAÍS, la necesidad de regular "cuanto antes" el derecho a la eutanasia, que, según él, "ha dejado de ser sólo una cuestión ética en reflexiones minoritarias para convertirse en un problema perentorio para un número de personas en constante aumento". Tanto en esa misiva como en la Red, el tetrapléjico, que había trabajado de celador en el Hospital Clínico de Valladolid, sostenía que, aunque cada vez es más fácil retrasar la muerte cerebral, "no deberíamos llegar a tal grado de disparate".

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