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Seis heridos en un ataque con granadas en Beirut

Ramón Lobo

Seis personas resultaron heridas ayer en un ataque con granadas anticarro contra un edificio del centro de Beirut, junto a la sede de Naciones Unidas. La policía asegura que se lanzaron tres proyectiles, posiblemente desde un puente al otro lado de la plaza Riad Solh. Uno entró por una ventana de la sexta planta, otro estalló en el aire y un tercero explotó en el suelo. A unos cien metros se encuentra el Parlamento y la oficina del primer ministro, Fuad Siniora. Es una de las zonas más protegidas de la capital libanesa y símbolo de la reconstrucción tras la guerra civil (1975-1990).

No es el primer incidente serio desde que entró en vigor el alto el fuego entre Israel y Hezbolá, el 14 de agosto. Unos desconocidos lanzaron hace una semana dos bombas contra sendas comisarías. No hubo heridos. Se investiga si hay relación con la muerte, el 5 de octubre, de dos adolescentes chiíes en la carretera del aeropuerto. Entonces, agentes de policía que intentaban desalojar la ocupación ilegal de una casa abrieron fuego contra unos jóvenes que les recibieron a tiros. Hezbolá negó que fueran de su organización.

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Las granjas de la discordia

A una semana del final del Ramadán (mes de ayuno musulmán), la tensión entre los dos bandos en los que está dividido Líbano es creciente y las declaraciones, más radicales. Por un lado se encuentran los partidos de la Revolución de los Cedros: suníes, gran parte de los cristianos maronitas y drusos; son los herederos del ex primer ministro Rafik Hariri, asesinado el 14 de febrero de 2005. Por otro, los aliados de Siria (chiíes de Hezbolá y Amal, cristianos del ex general Michel Aoun, que ayer tomaron las calles, y comunistas). A finales de septiembre hubo disparos entre chiíes y suníes en Corniche el Mazraa y entre chiíes y cristianos en Ain el Rumaneh, barrio cargado de simbolismo pues en él comenzó la guerra civil libanesa en abril de 1975.

Los responsables del ataque de ayer cerca de la ONU son los mismos que de los demás atentados, aseguró el ministro de Interior libanés, Ahmad Fat-fat. En una entrevista con la agencia Reuters, Fatfat, suní y aliado de Hariri, apunta a Siria como responsable del intento de desestabilización del país. El político asegura que personas próximas al régimen de Damasco han aconsejado a Siniora que "tenga cuidado". Fatfat cree que las Fuerzas Armadas de Líbano aún no están preparadas para evitar los asesinatos políticos.

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