La popularidad de Sarkozy cae tras los ataques desde su propio partido
Nicolas Sarkozy, ministro francés del Interior, presidente de la conservadora y mayoritaria UMP (Unión para un Movimiento Popular) y candidato a la presidencia de la República ha pasado una mala semana: su cota de popularidad ha perdido cinco puntos y los sondeos le dan perdedor en el caso de un hipotético enfrentamiento electoral con la socialista Ségolène Royal.
Los datos traducen el impacto de la ofensiva en su contra de una parte de la derecha, la fiel a Jacques Chirac, que no le perdona que en su viaje a EE UU criticase la política exterior francesa. "Como gaullista, me felicito muy especialmente de que hayamos evitado caer en la trampa de intervenir en Irak", decía ayer Jean-Louis Debré, presidente de la Asamblea Nacional y hombre de confianza de Chirac. "¿En nombre de qué se puede hablar de arrogancia o decir que nuestra política extranjera ha sido defendida con grandilocuencia?" añadía Debré en su andanada contra Sarkozy.
El ministro del Interior, que desde su nombramiento en el Gobierno en 2002 sostiene
un discurso de firmeza contra la delincuencia, no está obteniendo los resultados esperados. Su verbalismo incendiario ha contribuido a acrecentar el gamberrismo o la violencia criminal en los suburbios, aseguran algunos políticos y ya no sólo desde la izquierda. Hace un año ardieron 45.000 vehículos y un número importante de edificios en una explosión de protesta sin programa ni objetivos que pareció encontrar la chispa incendiaria en unas declaraciones de Sarkozy que parecieron provocadoras. Luego se han sucedido los ataques contra policías.
El primer ministro, Dominique de Villepin, recordó que "en el pasado la derecha presentó varios candidatos y eso no nos perjudicó". La ministra de Defensa, Michèle Alliot-Marie, repite que no respalda a nadie, ni a favor ni en contra para dar a entender que no descarta ser candidata. Debré por su parte, como guardián de las esencias gaullistas, recuerda que "entre nosotros no hay tradición de designación de candidatos. Ni el general [de Gaulle] ni Chirac han sido nunca candidatos oficiales".
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