"Los programas electorales son publicidad"
Pau Pérez (Esplugues de Llobregat, 1981) asegura que no le hace demasiada ilusión ir a votar el próximo 1 de noviembre. Y aun así, piensa acudir a las urnas. Compagina sus estudios de Comunicación Audiovisual con un trabajo de media jornada en un restaurante del distrito barcelonés de Ciutat Vella. La vivienda y el empleo son, a su juicio, dos de los ejes sobre los que deberían pivotar los discursos electorales.
Pregunta. ¿Son éstos los principales problemas de los jóvenes?
Respuesta. Sí. Los nuevos contratos son cada vez más inestables; los sueldos, más bajos; la vida, más cara, y la vivienda, inalcanzable.
P. ¿Son también los retos que se plantean en Cataluña?
R. Hay varios. El más importante es acabar con la pobreza, que si existe es porque nunca se ha fijado como prioridad. No sólo los jóvenes necesitamos que se facilite el acceso a la vivienda. Además, ahora se debe desplegar al alza un Estatuto que se pactó a la baja y afrontar los retos medioambientales con seriedad.
P. ¿Por qué no le ilusionan las elecciones?
R. Estoy decepcionado con todos.
P. ¿Le aburren?
R. No. Es que no confío en ellos. Sus descalificaciones siguen un guión y son exageradas y reduccionistas. La verdad queda supeditada a la estrategia de imagen de ese momento. No importa lo que es, sino lo que el votante pueda percibir para sacar rendimiento electoral.
P. ¿Tiene que ver en este desencanto el proceso de elaboración y aprobación del Estatuto?
R. Entre otras cosas. La disputa del Estatuto ha sido finalmente una disputa electoral y no por el bien común.
P. ¿Lee los programas electorales que le mandan a casa?
R. ¿Las cartas de cuatro líneas?
P. Sí.
R. Los leo, pero me parecen más publicidad que realidad. Una fachada para dos semanas de campaña.
P. ¿Qué escenario espera que arrojen las elecciones?
R. Una mayoría de izquierdas.
P. ¿Le gustó el Gobierno tripartito?
R. Sí, la idea era buena, pero tuvo muchas trabas.
P. ¿En qué falló?
R. En la forma de cohesionarse. Y tuvo más de una oposición. Primero, la del PP, muy violenta y desproporcionada, y la del PSOE y el Gobierno central, que también trató de torpedearlo.
P. ¿Apostaría de nuevo por él?
R. Sí, no fue tan mal como algunos nos quieren hacer creer. Se han hecho cosas importantes, pero en el recuerdo sólo quedan los fuegos artificiales.
P. ¿Cuál sería el peor escenario después de los comicios?
R. El resto de las soluciones. El más grave, un Ejecutivo de CiU con el apoyo del PP.
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