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Reportaje:

Una apuesta por la tecnología propia

Ingeteam quiere crecer al 15% anual gracias al gasto en investigación de nuevo producto

Ingeteam va a cerrar su plan estratégico 2003-2007 con un año de adelanto al haber cumplido todos sus objetivos. Prepara ya uno nuevo en el que ha previsto crecimientos de un 15% anual. Lo suyo es el mundo de la electricidad asociado a las renovables, el ferrocarril o la industria naval, entre otros. La clave, según su presidente y uno de los socios fundadores, Javier Madariaga, es "trabajar siempre con productos propios".

Ingeteam busca que los sectores ferroviario y naval sean su principal plataforma de crecimiento para los próximos cinco años

Ingeteam es uno de esos grupos industriales que a fuerza de investigación ha logrado hacerse un hueco sólido en el mercado y competir con grandes multinacionales. Hablar de electricidad o electrónica lleva de forma rápida a pensar en Endesa o Iberdrola, pero más allá de las grandes generadoras hay una industria que les sirve a éstas y que sirve a otros muchos sectores de la industria. Desde los primeros momentos, cuando cuatro ingenieros vascos (Alberto Belaustegui, ya fallecido, Víctor Mendiguren, Miguel Gandiaga y Madariaga) fundaron en 1972 Team y en 1974 Ingelectric apostaron "por el producto propio". Huyeron de las licencias.

Ingeteam tiene como principal objetivo en este momento crecer, pero sin descuidar la cuenta de resultados. Este año se espera cerrar con 35 millones de euros antes de impuestos y la intención es que el resultado crezca al mismo ritmo que las ventas. Para lograrlo está prevista una inversión anual en 14 millones de euros y un gasto en I+D en 11 millones. Madariaga reivindica la investigación como una de las claves de su proyecto y asegura que el dinero que se destina a este capítulo no puede considerarse una inversión sino un gasto corriente. De los 2.540 trabajadores 220 se dedican en exclusiva al I+D y a éstos hay que sumar otros 100 investigadores en la Universidad de Navarra, la Universidad del País Vasco y la Universidad de Mondragón que trabajan en proyectos de Ingeteam.

Desde 1997 acompañan a los fundadores, y a los directivos a los que se ha ido dando entrada en el capital, dos cajas vascas, BBK y Kutxa. La presencia de estos socios no impide la particular filosofía de sus fundadores. Madariaga niega que su empresa sea familiar. De hecho, no hay hijos para continuar el negocio ni se piensa en la sucesión. Los socios cuando cumplen los 60 están obligados a abandonar sus tareas ejecutivas y pasan al consejo de administración. La sucesión dice Madariaga que está asegurada con la cantera de directivos de la propia empresa. "Nunca hemos hecho grandes fichajes del exterior", indica. Gandiaga, el último de los fundadores con labores ejecutiva, las dejará el próximo 1 de enero. "No se puede pretender ser líder tantos años. Se pierden facultades y hay que tenerlo claro. Es mejor pasar a un consejo que funcione", asegura Madariaga que en su política por dar paso a nuevas generaciones no cuenta ni siquiera con despacho en su propia empresa.

El cambio en la dirección, que ocupará Gregorio Rivas, quieren que abra una nueva etapa. Hasta ahora, el grupo había funcionado muy descentralizado y ahora se busca una mayor concentración.

Ingeteam cuenta con 28 empresas que trabajan en energía, industria, sector naval, sector ferroviario, infraestructuras y medio ambiente. Las dos opciones inmediatas de crecimiento son el ferrocarril y naval. Actualmente, el 60% de la facturación corresponde a energía. Donde asegura Madariaga que cuentan, por ejemplo, con el 11% de la cuota mundial de todos los sistemas de control de los generadores eólicos. También trabajan en otras energías renovables (solar, biodiésel o biomasa), en el control de las redes de los grandes distribuidores y en la realización de centrales hidráulicas de tamaño medio, donde hacen todo menos la obra civil.

Pero sus expectativas en el ferrocarril son especialmente altas dado el esfuerzo inversor y sus acuerdos con Talgo, con quien han desarrollado una locomotora que está a punto de terminar los 100.000 kilómetros necesarios para su homologación. Es una máquina que alcanza los 275 kilómetros por hora, que cambia de ancho de vía de forma automática, y que además su sistema de alimentación permite pasar de las vías de corriente continua tradicionales a las de alterna de la alta velocidad. "100% tecnología nacional", dice Madariaga con orgullo, e insiste en que no es su único producto, pero sí el más complejo.

La apuesta naval se ha puesto de manifiesto y se refleja en su participación con un 25% en Construcciones Navales del Norte (CNN), empresa que ha logrado hacerse con el astillero de Izar de Sestao (Vizcaya).

Un tercio de sus ventas están en el extranjero, donde cuentan con filiales en Alemania, China, México, Chequia y Brasil. "Hay que estar preparados para dar calidad mundial", indica Madariaga.

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