Gandia inaugura una de las primeras escuelas con una titulación oficial búlgara

Gandia cuenta desde hace unas semanas con la segunda escuela oficial búlgara inaugurada en España, que permitirá a la población en edad escolar recibir clases que convaliden sus estudios con los de su país de origen. El centro Madara es la primera filial de la escuela San Juan de Rila fundada hace tres años en Madrid, donde se concentra el mayor número de búlgaros de España, y cuenta con el beneplácito y la colaboración del Ministerio de Cultura de Bulgaria. Varias ciudades, como Palma de Mallorca, Murcia y Orihuela, ya se han interesado por seguir el ejemplo de Gandia.

La escuela búlgara Madara de Gandia toma el nombre del relieve rupestre triunfal con inscripciones griegas encontrado en la población búlgara del mismo nombre y que es patrimonio cultural de la Unesco. El centro está dirigido a la segunda generación de búlgaros, la mayoría nacidos ya en España, que están totalmente integrados, hablan perfectamente español, y relegan su lengua sólo al círculo familiar.

La escuela Madara de Gandia, al igual que el colegio búlgaro San Juan de Rila en Madrid, ofrece a los más pequeños, los estudiantes de Infantil y Primaria, la posibilidad de conocer la cultura y tradiciones del país de origen de sus familias. La escuela gandiense, ubicada en uno de los locales del Casal Jove, impartirá los domingos cuatro horas de clase de las asignaturas de Lengua y Literatura, Historia y Geografía de Bulgaria. Al finalizar el curso, los alumnos tendrán que superar un examen, remitido por el Ministerio de Cultura búlgaro, y si pasan las pruebas obtendrán la titulación oficial que les permitirá en un futuro convalidar sus estudios en España con los búlgaros.

El hecho de que Gandia haya sido una de las localidades pioneras en impulsar esta escuela se explica por el elevado número de población búlgara que reside en la ciudad, unas 4.000 personas. El búlgaro es uno de los colectivos extranjeros más importantes del municipio. A esta cifra hay que añadir la de los residentes en La Safor, unas 7.000 personas más.

La creación de la escuela búlgara ha sido posible gracias al esfuerzo de los miembros de la asociación búlgara Madara, que recientemente ha inaugurado una sede en la ciudad, de momento con cinco socios fundadores. Kornelia Draganova es una de las socias más activas del grupo. Llegó a España hace más de una década, y se instaló en Madrid. Hace tres años se trasladó con su hijo y compañero sentimental a tierras valencianas. Su hijo padece una alergia que en Madrid se agravaba, y los médicos le recomendaron el clima mediterráneo. Fue así como llegó a Gandia. Trabajó de todo, "fregando platos, de traductora en la comisaría y los juzgados", y ahora ha conseguido estabilidad en una inmobiliaria. Asegura que la integración de la población búlgara ha sido fácil, y que las segundas generaciones, la población más joven, "ya piensa en castellano".

La escuela pretende que los menores no pierdan el contacto con sus raíces culturales y su lengua. Bulgaria tiene previsto incorporarse el próximo enero a la Unión Europea, "y será el tercer idioma oficial europeo", dice Draganova, "una razón más para que los jóvenes conozcan bien su lengua". "Hay que tener en cuenta además", añade, "que la mayoría de población joven de Bulgaria se encuentra fuera del país trabajando y es importante que no perdamos nuestras raíces".

La escuela búlgara Madara ha iniciado su actividad con 60 niños. El próximo reto de la asociación es crear también una guardería. La inauguración del colegio, el pasado 8 de octubre, contó con un padrino de lujo, el poeta Athanase Vantchev de Thracy, un referente de la poesía búlgara.