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Reportaje:

La joya desconocida de L'Hospitalet

La ciudad se pone manos a la obra para recuperar su casco antiguo, que incluye una docena de edificios catalogados

Los orígenes de L'Hospitalet sobreviven al pulso de la frenética actividad de la gran ciudad. A lo largo de la calle del Xipreret, se alinean casitas bajas y antiguos lavaderos que comparten espacio con una docena de edificios catalogados de los siglos XVI y XVII, tres de ellos declarados Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). Pese a estar en pleno centro y a dos pasos del Ayuntamiento, el casco antiguo se mantiene como un lugar aislado por la tranquilidad de sus callejuelas de adoquines sin salida, a las que los vecinos aún sacan las hamacas en verano para charlar o simplemente pasar el rato.

El Ayuntamiento impulsa por fin la recuperación del barrio antiguo, desconocido incluso por muchos vecinos de la ciudad, y para ello ha encargado a la arquitecta Glòria Bassegoda la elaboración de un plan especial de mejora. Pero la iniciativa tiene su origen en el proyecto de construcción de un gran polideportivo en la calle de Dagoine; esta iniciativa levantó las quejas de los cerca de 70 vecinos de la zona, que formaron la plataforma SOS Casc Antic.

Cruzada de vecinos

Este colectivo vio enseguida que la enorme construcción, prevista para 30.000 usuarios y con un presupuesto de 12 millones de euros, acabaría con el encanto del lugar y obligaría a abrir grandes calles de acceso al equipamiento, poniendo en peligro la estructura de lo que fue en un inicio el pueblo de L'Hospitalet.

Con las movilizaciones, a las que se sumó el Centre d'Estudis de L'Hospitalet, se logró que se rebajara un piso de altura del edificio, pero no el traslado del proyecto a otro emplazamiento.

El consistorio, que siempre ha insistido en la importancia de construir el gran equipamiento en el centro, se ha comprometido a cambio a poner en práctica la rehabilitación del conjunto, ya que numerosas construcciones reclaman una rápida intervención.

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"La política municipal ha hecho poco por el patrimonio local", lamenta la gerente del Centre d'Estudis de L'Hospitalet, Montse Perelló, que recuerda que para construir el polideportivo fue necesario derribar dos naves catalogadas del antiguo matadero. Ahora celebra que las cosas estén cambiando.

En su opinión, es necesario volver a pavimentar las calles y restaurar Can Riera y Casa Espanya, la Casa Harmonia y los jardines de Can Sumarro -los tres últimos, edificios declarados BCIN- respetando su estética original. Los pasajes cerrados "pueden abrirse parcialmente e incorporar rejas para se visualice qué hay más allá", comenta Perelló. La mejora de la iluminación y la uniformización de todo el casco antiguo en consonancia con su época son otros propósitos.

Pero aquí pueden empezar las discrepancias: "Tampoco queremos un casco antiguo de postal", considera el portavoz de la plataforma SOS Casc Antic, Jordi Carreras. Los vecinos, que valoran los pasos que se han dado, están viendo que la tan reclamada conservación de la zona va más allá e incluye una rehabilitación que puede afectar a sus propiedades. La entidad señala que se mantiene "a la expectativa".

La redacción del plan especial de mejora culminará a finales de este año, según la primera teniente de alcalde, Núria Marín. Su aplicación irá en función del presupuesto de que se disponga. "Dependiendo de las intervenciones necesarias, se realizará en un ejercicio o será plurianual", explica. Paralelamente, las obras del polideportivo acabarán en enero de 2007. Marín subraya que "el equipamiento atraerá a nueva gente al casco antiguo y lo hará más conocido"./ CARMEN SECANELLA

El hospital de L'Hospitalet

La presencia de la Torre Blanca, ahora conocida como L'Harmonia, documentada desde el siglo XI, hizo que en sus tierras se fundara el pequeño hospital de camino que daría luego nombre a la ciudad.

El primer documento histórico de L'Hospitalet como tal data de 1460 y hace referencia al casco antiguo. A partir del siglo XVI, la calle del Xipreret, la más antigua de la ciudad, vivió un momento importante de expansión. De aquella época son las masías que construyeron las familias más importantes establecidas en el núcleo habitado. Los edificios que se incluyen en el plan especial de protección del patrimonio arquitectónico son la Talàia, L'Harmonia, Ca n'Oliver, Ca la Vida, la Casa dels Finestrals Gòtics, la Casa Espanya, Can Riera, Can Sumarro y las casas de los números 28, 41, 45 y 87.

Además de rehabilitar Can Sumarro, que se ha convertido en biblioteca, este verano el Ayuntamiento ha identificado cada edificio protegido y las calles del casco antiguo con placas de información general.

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