La vieja
En una escala de preferencias, lo ideal es que nadie tuviera la bomba atómica. Después, que sólo la tuvieran los países listos. A continuación, los países listos y un país tonto. En cuarto lugar, los países listos y dos países tontos Y así sucesivamente. Si incluyéramos las variantes de pobreza y riqueza, el asunto se complicaría, pues el rencor de clase funciona en las dos direcciones. Quiere decirse que lo mismo te podrían arrojar la bomba por pobre que por rico, cuestión de suerte o de geoestrategia, y perdón por la palabra geoestrategia en un artículo que no es de análisis político. En esta zona del periódico calculamos las cosas por la cuenta de la vieja, cuyo método, pese a su simpleza radical, no falla nunca. La vieja es también la inventora de aquella máxima según la cual si algo malo puede pasar pasa. Total, que el mundo está lleno de tontos listos y de listos tontos.
Según nos han explicado los observadores políticos estos días, el presidente de Corea del Norte lleva alzas en los zapatos y se carda el pelo para parecer más alto. Lo de la bomba atómica es también para disimular la estatura de su nación, que, siempre según los expertos, es pobre y tonta como él. En una escala de uno a cien, su rencor de clase es de 80, de ahí que se gaste el 80% de su presupuesto en ferretería bélica. Los observadores políticos aseguran que si el loco -además de bajo, tonto y pobre- de Kim Jong Il consigue la bomba atómica, toda la zona quedará desestabilizada, lo que es un modo de decir que hasta ahora gozaba de estabilidad. A mí, por la cuenta de la vieja, no me sale. Tendríamos que aclarar de qué hablamos cuando hablamos de estabilidad.
Otros países con la bomba atómica son EE UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán e Israel. No sé cómo se verán las cosas desde el punto de vista de un licenciado en Políticas, pero en ese club (como los analistas políticos se empeñan en denominar al conjunto nuclear) hay más tontos que listos. Y no es preciso saber ecuaciones de tercer grado para averiguarlo. Quiere decirse que ya estábamos jodidos antes de lo de Kim Jong Il. Lo que sí es verdad es que ha parido la abuela. O sea, la vieja una vez más.
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