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TELEFONÍA

Dos austriacos crean Jajah, un servicio de voz IP para teléfonos móviles y fijos

El sistema no necesita un teléfono especial, ni auriculares ni micrófonos - El invento de Daniel Mattes y Roman Scharf ha conseguido el respaldo de sociedades de inversión que en su día apostaron por Yahoo! y GoogleScharf y Mattes, creadores de Jajah.com, dicen que aprovechan "lo mejor de Internet y de la telefonía" - "Una llamada internacional de 10 minutos cuesta con Jajah 1,50 euros, frente a los 10 del operador tradicional"

¡Riiing! Descuelgo el teléfono. "Espere por favor. Jajah está conectando su llamada". Un segundo después oigo la voz de mi amigo, en la otra esquina del mundo. Habla rápido y breve, como si se preocupara por mi factura, pero yo no tengo prisa por colgar, estoy llamando gratis o casi. No es chiste, es Jajah.

Sin auriculares ni micrófono, sin descarga de programa (se llama desde la web) ni conexión de alta velocidad, ni siquiera es necesario un teléfono especial. Jajah sólo necesita conectarse a Internet para iniciar la llamada, funciona con cualquier teléfono -fijo o móvil- y es tan fácil de usar como Google. Basta con teclear en Jajah.com dos números telefónicos: el que llama y aquel al que se quiere llamar. Al cabo de unos segundos, los teléfonos están comunicándose, sin barreras de ningún tipo.

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Jajah es un paso más en un camino que popularmente abrió Skype, la voz por Internet. Pero mientras que Skype necesita que el emisor tenga su programa, con Jajah no es así.

Si Skype es obra de nórdicos, Jajah lo inventaron dos treintañeros austriacos: Roman Scharf y Daniel Mattes.

Estos dos ingenieros crearon Jajah en una incubadora tecnológica de Viena a finales de 2005. Un amigo común les puso en contacto. Hasta entonces, Scharf vivía de una empresa de software y Mattes se dedicaba a soluciones para el gobierno electrónico. "Nos chocaba que sólo el 3% de internautas usaran la voz por Internet", recuerda el técnico Mattes. "Pero el 90% sí usaba los buscadores. Decidimos juntar los dos elementos: un servicio de VoIP tan fácil de usar como Google".

Jajah ha conseguido el respaldo de las sociedades de inversión, entre ellas Sequoia, la misma que apostó en su día por Yahoo! y Google. Sin duda, les atrajo la simplicidad del invento de Mattes y Scharf. El registro en la página Jajah.com es cuestión de minutos. Y luego ya sólo hay que escribir el número telefónico. Entre jajahínos, y de fijo a fijo, la llamada es gratuita, aunque el receptor no tenga ordenador. Probablemente ni se imagine que le llaman por Internet.

Si el receptor no tiene Jajah, la llamada le costará al emisor 0,02. Si la llamada es de fijo a móvil, 0,15 céntimos de euro el minuto, y de móvil a móvil 0,28. Obviamente, hay que abrir en la página una cuenta.

El invento de Scharf y Mattes se ha ampliado al teléfono móvil. Gracias a la descarga de un programa en el móvil, se puede llamar a cualquier parte con tarifas mínimas. "Es tan fácil como bajar una canción", dice Mattes.

El éxito les ha llegado de sopetón. Desde mayo viven entre Silicon Valley, donde reside el dinero; Tel Aviv, donde desarrollan la tecnología, y Viena, donde tienen el corazón. "Estamos tristes, porque debemos dejar Viena por motivos profesionales, y a la familia le cuesta el cambio", dice Mattes. Los inversores exigen que vivan en Estados Unidos, y a Mattes, que ha conseguido facilitar las llamadas por Internet al móvil, le queda lo más difícil: convencer a su hijita de las ventajas del Nuevo Mundo.Mientras su familia toma una decisión, Mattes viaja a Tel Aviv, donde repasan su nuevo servicio. Jajah Mobile funciona en móviles con sistema operativo Symbian o basados en Java. "Hay 500 millones en el mundo. Son los más populares, pero antes de fin de año llegaremos al 100%, incluidos los Blackberry y los que funcionan con la tecnología CDMA", explica Scharf.

Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre Jajah y Skype?

Scharf: Skype sólo funciona en un entorno Wi-Fi o conectado al ordenador. Jajah funciona allí donde funciona el teléfono móvil, donde hay cobertura. Skype reconoce que no ha conseguido una solución como la nuestra. Desde la perspectiva del consumidor, también hay diferencias. Skype lo usan jóvenes y estudiantes, y en un 90% de PC a PC. El porcentaje de quienes lo usan de ordenador a teléfono es muy bajo; Skype no han conseguido llegar a la gente normal.

P: ¿Jajah sí?

Scharf: Sí. Tenemos médicos, abogados, amas de casa, estudiantes... Nuestros clientes van de los 15 a los 85 años.

P: Skype tiene más de 100 millones ¿Y ustedes?

Scharf: No tiene sentido dar cifras hasta que hayamos cumplido un año, pero se doblan cada mes y esperamos llegar al millón a final de 2006. También se duplican los minutos que hablan, las llamadas que hacen, el dinero que gastan y nuestros ingresos.

P: ¿Cuánto gastan de media?

Mattes: 10 euros al mes.

P: ¿La clave son las tarifas?

Mattes: Sobre todo la simplicidad, aunque la tarifas también.

Scharf: Somos una compañía de Internet que usa lo mejor de la red de telecomunicaciones: la última milla. Han pasado 100 años para que los teléfonos lleguen a todos los hogares. Es un sistema inmejorable que aprovechamos.

P: ¿Cómo?

Scharf: Jajah tiene los servidores centrales en Londres y 200 servidores locales repartidos en 85 países del mundo. Con este sistema el 98% de la comunicación es por VoIP; el otro 2% es llamada local.

P: ¿Cómo son sus relaciones con las operadoras de telecomunicaciones?

Mattes: No somos los mejores amigos, pero tampoco enemigos, y somos clientes.

Scharf: Nuestro modelo de negocio reduce el pánico de las operadoras a los servicios de Skype, Google Talk y similares. Estas soluciones dicen al cliente que no necesita teléfono, que con el ordenador les basta para hablar gratis toda la vida. Si todo el mundo usara el PC para hablar, los ingresos de las operadoras desaparecerían. Jajah necesita teléfono, lo que implica que nuestro cliente debe tener línea, fija o móvil.

P: Pero reducen los ingresos de las operadoras.

Scharf: Cierto, pero lo aceptan: prefieren perder ingresos por llamadas internacionales y conservar la clientela. Además, les pagamos por cada llamada local que se establece en Jajah.

P: ¿No temen que les bloqueen el servicio?

Scharf: No pueden. El cliente solicita a Jajah que le conecte con otro teléfono. Esta petición, que no dura ni un segundo y no tiene coste porque no genera tráfico, se realiza por el canal de datos. Cuando el sistema contacta con el cliente llamándole a su teléfono, se transforma en llamada local.

P: ¿La telefonía tradicional es una telefonía IP encubierta?

Mattes: Todas las llamadas internacionales son IP. Las operadoras cobran mucho por algo que les cuesta muy poco.

Scharf: Nadie lo reconoce, pero es un hecho. Cuando llamas de España a Argentina la llamada es por IP, pero también las llamadas a Europa. Pero no lo dicen ni dan las tarifas reales de coste y siguen cobrando lo mismo que hace 20 años. Creemos que no es justo, por eso ofrecemos tarifas más pequeñas.

P: ¿Y hacen negocio?

Mattes: Sí, por supuesto. Tenemos un 30% de margen de beneficio de media y este mes ha llegado al 39%.

Scharf: Sin necesidad de ordenador ni banda ancha, cobramos 0,15 euros el minuto. Supone un ahorro del 85% al 90% del coste de las llamadas internacionales según el operador. La diferencia es grande, muy grande, porque si usted habla con Estados Unidos o China el coste es de llamada local. Esta es la nueva realidad. Se puede decir que, de media, un usuario de Jajah puede hablar ocho veces más por el mismo precio. Con Jajah una llamada internacional de 10 minutos cuesta 1,50 euros frente a los 10 euros que cobra un operador tradicional. La diferencia es abismal.

P: ¿Por qué en Estados Unidos o China las llamadas entre móviles con Jajah son gratuitas y en Europa no?

Scharf: En Europa no pueden ser gratis por las tarifas que paga un operador por usar la red de otra compañía. Es un problema real al que la Comisión Europea ya está dando respuesta.

Mattes: Aun así, nuestras tarifas siguen siendo atractivas para los europeos. Siempre es mejor pagar 1,5 euros que 10 euros. Supone una gran diferencia si la factura telefónica es de 50 o de 150 euros.

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