Rusia desoye la petición europea de levantar el bloqueo a Georgia
Moscú afirma que su objetivo es impedir el rearme de Tbilisi
Rusia impuso ayer las sanciones anunciadas el lunes contra Georgia, a pesar de que el lunes los oficiales acusados de espionaje en Tbilisi fueron entregados a representantes de la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa (OSCE) y el mismo día llegaron a Moscú. Las conexiones aéreas, por vía férrea y marítima con Georgia, además de los servicios postales, fueron suspendidas por el Kremlin a las cero horas del martes, mientras el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, haciendo oídos sordos a los llamamientos de la OSCE y la Unión Europea, aseguraba que las medidas impuestas no serán levantadas en un futuro próximo.
"Esperamos que Rusia levante muy pronto esas sanciones, porque no conducen a ninguna parte", declaró ayer en Tbilisi la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner. "Nuevamente hay tantas cosas que causan irritación en ambos lados que es muy importante no provocar y no ser provocado. Sólo mostrando moderación, tanto en las palabras como en los hechos, es posible retornar a una situación normal", agregó la alta funcionaria europea.
Lavrov explicó ayer que el encarcelamiento de los cuatro oficiales rusos -contra los que presentaron acusaciones "ridículas" de espionaje- es "sólo un episodio" en la cadena de acciones antirrusas del Gobierno georgiano.
Compra de armas
Las medidas que entraron en vigor ayer tienen por objetivo, según Lavrov, impedir el flujo ilegal de dinero hacia Georgia, ya que Rusia no desea que esos medios sirvan para mantener un régimen sumamente militarizado. "Nos preocupa la militarización que se ve por doquier en Georgia. Las autoridades georgianas constantemente están emprendiendo acciones de carácter bélico. Ahora han anunciado que llamarán a filas a los reservistas, unos cien mil hombres", señaló el jefe de la diplomacia rusa.
Además, Tbilisi "compra armas en grandes cantidades y lo hace en violación de las normas que existen en el mercado internacional". Se trata principalmente de "armas de producción soviética que habían sido exportadas a otros países, ante todo, a Europa Central y Oriental y cuyos contratos de venta prohibían la entrega de ese armamento a terceras partes". Lavrov se refiere a los ex países socialistas que formaban parte del bloque soviético y que hoy son miembros de la OTAN.
Los gastos de Georgia en armamento se multiplicaron por 2,5 en el último año, según el informe del Instituto de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI) publicado en junio pasado.
El ministro de Exteriores ruso manifestó que no consideraba necesaria la mediación de terceros países para mejorar las relaciones entre Moscú y Tbilisi. Por lo demás, según Lavrov, "terceras partes ya se han inmiscuido en las relaciones entre Rusia y Georgia, lo que ha traído sólo daño". La alusión no pudo ser más clara. EE UU impidió recientemente aprobar el proyecto de resolución sobre Georgia presentado por Rusia en el Consejo de Seguridad.
Para Lavrov está claro que Tbilisi se permite manifestaciones antirrusas porque se siente protegida por Washington. El encarcelamiento de los oficiales rusos sucedió, según el ministro, "inmediatamente después de que la OTAN decidiera extender a Georgia un plan de colaboración intensificada".
El cese de las comunicaciones con Georgia no afecta a la retirada de las tropas rusas emplazadas en ese país, que había sido suspendida, pero que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó reanudar. Rusia se ha comprometido a retirar las dos bases militares que aún tiene allí desde tiempos soviéticos para finales de 2008.
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