El PP elude responder a las propuestas de Touriño y Quintana sobre el Estatuto gallego

La incertidumbre sigue presidiendo el futuro de la reforma del Estatuto de Autonomía de Galicia. Eso es, al menos, lo que se desprende de la intervención de los principales líderes políticos gallegos en el primer debate sobre el estado de la autonomía de la etapa posterior a Fraga, durante el cual el líder de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo, eludió aclarar qué piensa hacer en relación con la propuesta de socialistas y nacionalistas que desde hace meses trata de pactar una fórmula que reconozca, siquiera en el preámbulo estatutario, el carácter nacional de Galicia. Sí dio, casi al final del debate, una pista: si el Tribunal Constitucional da su visto bueno al Estatuto de Cataluña, estará dispuesto a hablar de que Galicia siga la estela catalana.

Tanto el presidente de la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, como su vicepresidente, el nacionalista Anxo Quintana -quien aprovechó el turno de intervención de su grupo parlamentario para garantizarse un espacio en el debate-, intentaron sin éxito forzar un pronunciamiento público por parte del sucesor de Fraga al frente del PP que permita despejar el futuro de la reforma, que ninguno de los socios del Gobierno -PSOE y BNG- quiere demorar más allá de este año. La reforma estatutaria, todavía en trámite de ponencia, no puede demorarse más si sus promotores insisten en completarla antes de 2007.

Propuestas

Núñez Feijóo obvió las propuestas concretas de pacto en esta materia e incluso la cesión que Quintana quiso plantear modificando su propuesta inicial sobre el término nación y dedicó el núcleo de su intervención a denunciar la existencia de dos Gobiernos -no siempre bien avenidos- en el seno de la Xunta, uno presidido por Touriño y el otro por el líder del Bloque. El presidente del PP de Galicia ni siquiera hizo referencia al riesgo que, según socialistas y nacionalistas, corre su partido si finalmente decide bloquear la reforma.

Las consecuencias de un bloqueo de las negociaciones serían inmediatas, a juicio del presidente de la Xunta. "Los gallegos", advirtió, "no soportarían un segundo aldraxe

[ultraje] estatutario", en referencia a las movilizaciones que en 1980 hicieron frente al intento de tramitar el Estatuto de Galicia de manera diferente a la que sirvió para aprobar los de Euskadi y Cataluña.

Según Touriño, el imprescindible acuerdo a tres bandas para aprobar el nuevo Estatuto debe incluir, entre otras cosas, la expresión del "carácter nacional" de Galicia.

El resto del debate reprodujo las heridas abiertas durante la crisis incendiaria de la primera quincena de agosto, que según Feijóo representa un antes y un después y ha puesto en marcha la "cuenta atrás" del actual Gobierno porque ha "calcinado" su crédito político.