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Jóvenes atacan a la policía en un barrio de París

La violencia en las barriadas menos favorecidas de la periferia parisiense, cuando se va a cumplir un año de la rebelión que el otoño pasado literalmente incendió Francia, vuelve a repuntar. La noche del domingo, siete policías resultaron heridos en un incidente masivo en Les Mureaux, en las afueras de París, en el que participaron una multitud de jóvenes que se enfrentaron a un nutrido grupo de agentes.

El origen de la trifulca muestra a las claras cómo estas zonas conflictivas -Les Mureaux es una de ellas- se encuentran fuera del control de las fuerzas del orden. Los agentes de un coche patrulla dieron el alto a un vehículo sospechoso, pero su conductor no se detuvo y fue perseguido por los policías hasta que consiguieron detenerlo. Cuando se dirigían a la comisaría, al pasar por un callejón, el vehículo policial fue cercado y atacado con piedras por más de 250 personas "hostiles y belicosas", según la policía. Otras fuentes rebajan la cifra hasta el medio centenar.

Las versiones de los hechos difieren. Según la policía, los jóvenes les tendieron una trampa y prendieron fuego a uno de los vehículos policiales. Sin embargo, otros testigos denuncian la "extrema violencia" con la que los agentes detuvieron al conductor fugitivo y descartan la tesis de una emboscada.

El incidente de Les Mureaux llega dos semanas después de que otro vehículo policial fuera atacado por varias decenas de jóvenes en el barrio de Tarterêts, en el vecino departamento de Essone en circunstancias similares. Los agentes iban de patrulla cuando les tiraron varias piedras encima. Salieron del coche, persiguieron a unos viandantes, y se encontraron de pronto rodeados por un grupo numeroso de habitantes del barrio que se ensañó con uno de los agentes, un capitán de la policía, que corre el riesgo de perder un ojo.

El incidente sirvió al ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, para prometer que detendría a los culpables. Dos días después, acompañados por una ristra de cámaras y periodistas, varios centenares de agentes entraron de madrugada en varios inmuebles de este barrio y salieron llevándose detenidos a una decena de sospechosos. Acto seguido, Sarkozy arremetió contra la laxitud de los jueces que dejan en libertad a los delincuentes juveniles. Poco antes se había hecho pública una carta de un comisario de policía a Sarkozy denunciando la falta de efectivos y el deterioro de la situación en el departamento de Seine Saint-Denis, el foco original de la rebelión del otoño de 2005.

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