El Liceo abre su temporada lírica con 'La clemenza di Tito'
Sebastian Weigle dirige la ópera de Mozart con puesta en escena de Francisco Negrín
El Liceo abre mañana su temporada lírica con una nueva producción de La clemenza di Tito, la última ópera seria de Mozart, compuesta y estrenada en 1791, el año de su muerte. "Mozart nos enseña en esta ópera a ser mejores seres humanos. Los personajes, egoístas y ambiciosos, deben aprender a ser compasivos para ser más felices", afirma Francisco Negrín, director escénico del nuevo montaje. Un notable equipo de voces mozartianas, bajo la dirección musical de Sebastian Weigle, integran los dos repartos que actuarán en las 13 funciones programadas hasta el 19 de octubre.
El tenor suizo Michael Schade en el papel de Tito Vespasiano, emperador de Roma, dos sopranos, la francesa Véronique Gens (Vitellia) y la española Ofelia Sala (Servilia), y dos mezzosopranos, la búlgara Vesselina Kasarova (Sesto) y la italiana Marianna Pizzolato (Annio), asumen los papeles principales en el primer reparto del montaje, una coproducción del Liceo y la Ópera de Leipzig que se se estrena en Barcelona y podrá verse en la ciudad alemana el próximo año.
Aunque la La clemenza di Tito, cuyo tardío estreno en España tuvo lugar en el Liceo en 1963, contiene algunas de las arias más sublimes de Mozart, dista mucho de ser una de sus óperas más populares. Para Sebastian Weigle, director musical del Liceo, ya es hora de situarla en el repertorio del coliseo lírico barcelonés. "Mozart creó una música de gran belleza y calor expresivo, y lo hizo bajo presión, en el último año de su vida, trabajando a la vez en La flauta mágica, el Réquiem y el Concierto para clarinete. Aun así, las arias están entre las mejores que compuso en toda su carrera", explica el director musical.
A partir de la figura del emperador Tito, el libreto original de Pietro Metastasio, adaptado por Caterino Mazzolà, glosa el triunfo de la bondad del emperador, que acaba perdonando a todos los que han querido asesinarle. Los hilos de la maldad los teje con sus intrigas Vitellia, hija del emperador Vitellio, destronado por el padre de Tito, que procura vengarse y trama un complot para asesinarlo.
"El tema de la ópera es el perdón, el triunfo de la generosidad. En la música de Mozart, y en esta obra en especial, hay una mezcla de alegría y tristeza, algo muy natural también en el espíritu vienés", afirma Michael Schade. "Los personajes son arquetipos del poder, la maldad, el egoísmo o la bondan", añade Negrín, y "viven aislados, obsesionados por sus intereses, en un mundo frágil y artificial que no tiene futuro si no aprenden a vivir de otra forma, a ser compasivos. El reto teatral es hacer visible la filosofía de esta ópera".
Para plasmar la fragilidad de ese mundo, la escenografía, firmada por Es Devlin, evoca el palacio de Tito con gran simplicidad arquitectónica. "Los espectadores verán el plano de una casa de Pompeya, en posición vertical, con elementos de vidrio y metal que le dan un toque fashion, adecuado a un libreto increíblemente moderno por las situaciones que plantea", comenta Negrín.
El director de escena no teme la rigidez estructural de la ópera seria, ni piensa que los recitativos sean un lastre teatral. "Al contrario de lo que muchos piensan, los recitativos son teatrales porque muestran la acción interna de los personajes. Lo importante es que el cantante sepa darles vida para cambiar la atmósfera. También en las largas arias da capo pueden animar las repeticiones a través de la ornamentación y la improvisación, sin dejar por ello de ser fieles a la música".
Véronique Gens comparte ese entusiasmo. "Es la primera vez que canto en escena todos los recitativos de Vitellia, [la soprano no duda en calificar a su personaje como "la mala de la película"] y he descubierto nuevos aspectos que ayudan a comprender sus acciones". Ofelia Sala también subraya la importancia de los recitativos y destaca "la nobleza y la bondad" de su personaje, Servilia.
En los últimas dos décadas, La clemenza di Tito se ha programado en Barcelona en versión de concierto, tanto en el Liceo (temporada 2001-2002) como en el Auditori y el Palau de la Música. El último montaje teatral en el Liceo tuvo lugar en la temporada 1987-1988, con dirección musical de Uwe Mund y escénica de Vittorio Patané.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.