Los papeles de la memoria
En un comentario de septiembre de 2002, el filósofo y crítico Arthur C. Danto se preguntaba, un año después, cómo podía ser un arte apropiado a los eventos del 11-S, y sostenía que, en la medida en que respondiese con autenticidad a aquella ominosa experiencia, no habría de cristalizar tanto en una obra de arte público, en forma de genérico memorial, cuanto, más bien, en trabajos diversos de carácter privado y personal, destinados sobre todo a la mitigación del dolor.
A este propósito, en el contexto de esta exposición retrospectiva de Elena del Rivero (nacida en Valencia en 1952, pero afincada en Nueva York desde principios de los noventa) nos encontramos con una obra en la que parecen venir a reunirse ambas dimensiones. Se trata de
ELENA DEL RIVERO
'A mano: trabajos sobre papel'
IVAM
Guillem de Castro, 118 Valencia
Hasta el 10 de diciembre
Home: A Chant, una instalación compuesta de miles de papeles cosidos y adheridos a varios rollos de tartalana, junto a unos vídeos acompañados de sonido ambiental y de música ad hoc. La obra la ha ido realizando desde finales de 2001 hasta la fecha. Estos papeles (fragmentos de documentos de oficina, facturas, cartas, expedientes, notas, etiquetas) son el producto de una cuidadosa restauración de los que entraron por las ventanas de su estudio, entre kilos y kilos de polvo oscuro y espeso, el día en que cayeron las vecinas Torres Gemelas; en cuanto a las imágenes de los vídeos, las ha ido tomando luego desde el punto de vista que le ofrecían esas mismas ventanas: equipos de rescate, buscadores entre los escombros, gente extrañamente atareada en un espacio desolado.
De este modo, en virtud de un azar paradójicamente afortunado dentro de la desventura, la artista ha conseguido sintetizar la necesaria expresión de la aflicción personal con la idea de la restitución imposible de la humanidad perdida, de los rastros de los muertos. Y todo ello, además, realizado de una forma plenamente coherente con lo que ha venido siendo su trabajo hasta ese momento. Un trabajo que, desde su primera serie de Cartas a la madre de los noventa, pasando por aquellas otras (Letter to the Mother, Letter from the Bride, Unfinished Letter), también presentes en la muestra, en las que se ubicaba a sí misma en los roles simbólicos o arquetipos femeninos de la hija, la novia, la esposa o la propia madre, dibujando y pintando, cosiendo e hilando, pero también destrozando y restaurando, suturando fragmentos de papel con tanta tenacidad como delicadeza, ha culminado por ahora en esta obra hecha de papeles ajenos que un mal día le llegaron a su casa por la ventana, mientras ella estaba ausente, como inopinado testimonio de la ruina.
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