Un estudio afirma que la nueva M-30 ahorrará 13 millones de horas en atascos
El informe, de la Politécnica, sostiene que la reforma reducirá la contaminación en la ciudad
Cuando la nueva M-30 esté acabada se circulará mejor en Madrid. Según el estudio realizado por el Centro de Investigación de Transporte de la Universidad Politécnica, dirigido por Ana María Pardeiro, con la reforma se ahorrarán 13 millones de horas de atascos anuales. También habrá una disminución de la contaminación en la ciudad. Este estudio, presentado en el Congreso Internacional de Movilidad que se celebra en Madrid, advierte sin embargo de que para que las mejoras sean efectivas deberán ir acompañadas de medidas para restringir el tráfico en la almendra central.
BUZÓN DE LOS LECTORES Envíe sus denuncias y quejas a lectores.madrid@elpais.es |
El estudio, presentado en el Congreso Internacional de la Movilidad, organizado por el Ayuntamiento, asegura que la reforma de la M-30 mejorará el tráfico en la ciudad. Y cuantifica sus beneficios en cifras anuales concretas: el atasco se reducirá en 13 millones menos de horas al año, se ahorrarán 4,5 millones de euros en combustible, 32 millones en accidentes y dejarán de emitirse a la atmósfera 35.000 toneladas de CO2. El Ayuntamiento de Madrid encargó y financió en 2004 otro estudio sobre la M-30 al mismo departamento de la Politécnica. Dicho informe sustituyó a la preceptiva declaración de impacto ambiental de la obra y arrojaba conclusiones muy favorables.
La Comisión Europea está investigando la falta de declaración de impacto ambiental de la obra, que ha provocado el rechazo de la oposición municipal y de asociaciones vecinales y ecologistas.
"La concentración del tráfico en esta vía de circunvalación aliviará la congestión que existe en el centro de la ciudad y reducirá los impactos ambientales", asegura el estudio. "La nueva M-30 contribuirá claramente a reducir los principales problemas diagnosticados en esta zona: la congestión, los problemas funcionales del actual trazado, la presión ambiental del tráfico en la zona del río Manzanares y la mejora en los barrios colindantes, así como la tasa de accidentalidad al eliminar defectos en algunos tramos en los que se concentran los accidentes", añade.
Los expertos que han colaborado en el estudio presentado ante el congreso internacional explicaron que partieron de dos alternativas: no hacer nada o reformar la M-30. Para establecer los barómetros utilizaron dos horizontes temporales: 2007, fecha prevista para el fin de las obras, y 2012, la que tiene en vigor el actual plan de ordenación urbana.
Para cuantificar el análisis y los impactos dividieron la Comunidad de Madrid en los siguientes sectores: almendra central, M-30, franja entre la M-30 y la M-40 y el exterior de la M-40.
La M-30, en obras desde septiembre de 2004, mantiene su volumen de tráfico sin apenas variación en los últimos meses. Los datos del Ayuntamiento dicen que cada día pasan por esta vía 262.000 vehículos, contados a través de los sensores instalados en el asfalto. La velocidad media en estos momentos en la M-30, condicionada por las obras, es de 65 kilómetros por hora.
La reforma de la M-30 mejorará los flujos de tráfico en la ciudad. Según el informe, en la almendra central al año habrá seis millones de horas menos de viajes; 4,1 millones de horas menos en la franja entre la M-30 y la M-40; 9,8 millones de horas menos en la M-40 -que es la gran beneficiada-, mientras que la M-30 aumentará en 2,5 millones los viajes. "Los flujos en la M-30 aumentarán fuertemente como consecuencia de su mayor capacidad y mayor rapidez, pero el beneficio para la ciudad es claro con esos 13 millones de horas de ahorro en atascos en todas las otras zonas".
"Para que este cambio en los flujos de tráfico se produzca es necesario que, además de la ampliación de la M-30, se prosiga con la política de restricción en la almendra central", agrega el estudio. "Hay que continuar con la peatonalización de calles, hacer otras sólo para el transporte público y fomentar el carril-bici que en Madrid apenas existe; además de seguir con la política de parquímetros".
El volumen de tráfico en la almendra central de la ciudad -delimitada por el anillo de la M-30- ha descendido el 11,8% en dos años y medio, pese a que el parque automovilístico ha crecido un 5%, descenso que el Gobierno municipal (PP) atribuye a las medidas de restricción al tráfico privado iniciadas en este mandato y, sobre todo, a la extensión de la red de aparcamientos de pago. Los movimientos diarios de coches que atraviesan la M-30 son hoy 75.000 menos que en 2003, cuando Alberto Ruiz-Gallardón llegó a la alcaldía.
Pardeiro, en su análisis de la reforma de la M-30, hace hincapié en lo que ha denominado evaluación medioambiental del tráfico. En este apartado se advierte de que esta vía sufre cerca de 600 accidentes y ocho muertos al año, "que disminuirán al eliminarse muchos puntos negros".
Otra de las mejoras previstas es la disminución del ruido producido por el tráfico -una de las molestias más frecuentes denunciadas por quienes viven alrededor de las infraestructuras viarias-. "Con la reforma de la M-30, el tráfico se soterra y se evita mucho ruido", dice Pardeiro.
La disminución de coches en la almendra central, en opinión de los expertos, permitirá igualmente que desciendan los niveles de contaminación. Estos valores son muy altos en la ciudad por lo que el Ayuntamiento ha elaborado una estrategia medioambiental para reducir las emisiones de 2006 a 2010. Los expertos en tráfico aseguran que en Madrid, con la reforma de la M-30, se dejarán de emitir a la atmósfera 35.000 toneladas al año de CO2.
Más congestión de coches
"Es un proyecto que está hecho para el tráfico. Por tanto, produce más atracción de coches, más congestión y más contaminación". Ésta es la opinión de
Carlos Hernández Pezzi, presidente del Colegio Superior de Arquitectos.
"Desde el punto de vista de la ingeniería del tráfico, es un embudo de flujos que produce efectos de interferencia en todas sus salidas".
El técnico urbanista Alfonso Sanz, que ha trabajado en la planificación urbanística y circulatoria de una quincena de ciudades, afirma que "la ampliación de la capacidad de la M-30 es una medida contradictoria con el propósito de cambiar" la circulación en Madrid para hacerla más compatible con el Medio Ambiente. "Cuando esté acabada ofrecerá mayor atractivo para el uso del automóvil en la ciudad", agregó.
"Las ciudades que son pioneras en transformaciones de este tipo están huyendo de estos proyectos que fomentan el gigantismo", explica Alfonso Vegara, presidente de la Asociación Mundial de Urbanistas. "La M-30 debería haber cambiado totalmente su imagen y ser un ecobulevar".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.