Todos contra Ségolène
La vieja guardia del socialismo francés intenta cerrar el paso a la favorita de las encuestas
"Cualquiera antes que Ségolène". La campaña de los llamados elefantes, la vieja guardia del Partido Socialista francés (PS), contra Ségolène Royal, la favorita de los sondeos para hacerse con la candidatura del partido a las elecciones presidenciales de primavera, alcanza una intensidad fuera de lo común y salpica abiertamente al primer secretario del PS, François Hollande, su compañero sentimental y padre de sus cuatro hijos. No sólo es acusado de parcialidad, sino que le piden que presente su candidatura para "evitar divisiones internas".
Royal, como viene siendo costumbre, contemplaba la tragicomedia desde la distancia; desde Senegal, su tierra natal, en un viaje que era "una vuelta a sus raíces". Nacida hace 53 años en la localidad de Ouakam, próxima a Dakar, propuso replantear los programas de cooperación firmados el sábado por el ministro del Interior y su más que posible contrincante por la presidencia Nicolas Sarkozy. "España da mucho más dinero que Francia", le recordó al ministro del Interior, que había avanzado su periplo africano para adelantarse a la política socialista.
A una semana del cierre de la presentación de candidaturas, los ex primeros ministros Lionel Jospin y Laurent Fabius, el ex ministro de Economía Dominique Strauss-Kahn y el de Cultura Jack Lang, agotan sus últimos cartuchos para intentar cerrarle el paso. Jospin, el candidato derrotado y humillado por el ultraderechista Jean-Marie Le Pen en 2002, sigue sin desvelar si se someterá al voto de los militantes. Jospin desearía que todos se retiraran y el partido le pidiera que llevara su bandera hasta el palacio del Elíseo, pero, hombre orgulloso, no quisiera verse derrotado por sus compañeros de partido. Incluso parece que ha llegado a una hasta ahora improbable alianza con Fabius, uno de sus más enconados enemigos políticos, con tal de cerrarle el paso a Royal.
El plazo para presentar las candidaturas se abre el viernes y se cierra el martes 3 de octubre. Los militantes votarán el 16 de noviembre y si fuera necesaria una segunda vuelta volverán a hacerlo el 23. Todas las encuestas dan una ventaja aplastante a Royal, que supera siempre el 50%, tanto de los simpatizantes de izquierdas como de los militantes socialistas, mientras que sus seguidores, no superan en ningún caso el 20%, o como Fabius se quedan en el 8%.
No es de extrañar que los elefantes intenten evitar someterse a la votación de la militancia, que sospechan que será ampliamente favorable a la candidatura de Royal. La campaña de reclutamiento que ha llevado a cabo el PS en el último año, para la que ha utilizado ampliamente Internet y un sistema sencillo de integrarse en el partido por el módico precio de 20 euros, ha supuesto la entrada de 80.000 nuevos militantes. Esta entrada de sangre joven ha diluido enormemente el poder de la vieja guardia. Un sondeo interno sobre 8.400 de los nuevos militantes dibujó un partido "más joven y más femenino", cuya edad media había descendido de 57 años a 43.
La estrategia puesta en marcha este fin de semana consiste en atacar lo que consideran el talón de Aquiles de Royal, que no es otro que su compañero, el primer secretario del PS, François Hollande. La primera piedra la lanzó el domingo Henri Emmanuelli, ex primer secretario y miembro del ala izquierda del partido, derrotado por Jospin en 1995. Emmanuelli dijo: "Como primer secretario debe presentarse como candidato y acabar así con la multiplicación de candidaturas". La excusa, evitar la división. Unas primarias podrían abrir heridas incurables, aseguran los elefantes, sin ocultar la escasa consideración que les merece Royal, "la candidata mediática", como le llama Jospin.
Hollande, que en ningún momento ha renunciado explícitamente a presentar su propia candidatura, se limitó a apuntar que él no es nadie para pedir a todos los demás que retiren sus candidaturas. "No seré candidato para ser un candidato más", dijo.
Las acusaciones de Fabius, intentando descalificar el proceso de primarias, asegurando que "las condiciones para una designación leal no están reunidas", y protestando por la supuesta falta de debates durante esta campaña interna que durará hasta mediados de noviembre, acabaron ayer con la convocatoria del Consejo Nacional del PS. No corrió la sangre. Según Fabius sólo estaban previstos tres debates. Habrá seis, de los que tres serán televisados. Y puede haber un séptimo si hubiera una segunda vuelta.
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